Lo hizo en una entrevista en TVE, recogida por Servimedia, con la que interrumpió momentáneamente su permiso de maternidad por primera vez desde el nacimiento de su hija Aitana, el 3 de agosto; fuentes cercanas a la dirigente indicaron a esta agencia que tratará de ir teniendo alguna otra actividad pública en lo sucesivo pero “sin llenar mucho la agenda”.

Montero proclamó que desde el 15-M los ciudadanos han dicho que se acabó el bipartidismo, al que identificó con la corrupción y la “mentira descarada”, y por eso los partidos antiguos, “especialmente el PSOE, que es quien más ha gobernado” en democracia, “van poniendo obstáculos para que esa situación de cambio político no se asiente en las instituciones”.

Para demostrar que el multipartidismo no es el problema, preguntó por qué no lo ha sido en las comunidades autónomas donde sí se han hecho ejecutivos de coalición. El problema, para ella, es que a nivel estatal sí ha habido “la intención, que podemos personalizar en Pedro Sánchez, de tratar de revertir estos avances”.

A los socialistas en particular les recriminó no concebir que los votantes de Unidas Podemos “tienen derecho de estar representados en el Gobierno”, y, cuando se le preguntó por la oferta de coalición rechazada en julio por el grupo confederal, se reafirmó en ello.

“Era una propuesta que era mentira. Caducó como si fuera un yogur. El PSOE nunca quiso hacer esa propuesta y se vio forzado (por la renuncia de Pablo Iglesias a entrar en el Consejo de Ministros). Nunca hemos querido sillones si nos ofrecen sillones sin capacidad de cambiar la vida de la gente”, fue explicando Montero, quien rechazó ser vicepresidenta si es sólo “para dar la cara por el ministro de Fomento o el de Justicia” cuando incumplieran su programa.

Sin embargo, aclaró que no fue decisión suya, sino que “las decisiones en Unidas Podemos las hemos tomado siempre de forma colegiada; analizamos que era una propuesta de mentira, sillones vacíos de contenido”. Sin embargo, a la vez dijo que ambas partes estuvieron “muy cerca de llegar a un acuerdo” y por eso Unidas Podemos se abstuvo en la primera votación de investidura de julio, como gesto para reactivar un diálogo que ya no se retomó.

Por ello, la portavoz interpretó que “la gente ha visto claramente que el PSOE nunca quiso gobernar con nosotros, nunca dejó de mirar a la derecha; lo que han buscado siempre es el acuerdo con la derecha”, y que los socialistas “se quedaron sin excusas y aun asi prefirieron llevarnos a elecciones antes que formar un Gobierno progresista”.

De cara a las elecciones del 10-N, Montero confía en que “la gente, a pesar del hastío, seguramente vaya a otra, para hacer valer que quien manda son los ciudadanos”. Y, si las urnas no dan mayoría absoluta al PSOE, reiteró que su grupo, que seguirá con candidatura única, volverá a pedir un Gobierno de coalición. “No es fundamentalmente voluntad de un partido político es de los ciudadanos”, justificó. “Haremos caso del mandato democrático”.