El Supremo confirma la pérdida de destino a un comandante que toleró comentarios machistas sobre una teniente
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La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha confirmado la sanción disciplinaria de pérdida de destino impuesta a un comandante del Ejército del Aire por tolerar comentarios machistas sobre una teniente durante el ensayo de un desfile en el Aeródromo Militar de Santiago de Compostela en 2015.
De este modo, el Supremo desestima el recurso de casación interpuesto por el militar sancionado contra la sentencia del Tribunal Militar Central que confirmó dicha sanción por una falta grave consistente en “tolerar actos que, de cualquier modo, atenten contra la dignidad personal o en el trabajo”.
Los hechos probados de la sentencia recurrida recogen que durante dicho ensayo el comandante se rio y no corrigió a un teniente que, delante de él, profirió un comentario que aludía a la condición femenina de una teniente y a su forma de desfilar.
Según los hechos probados, el teniente dijo que “no se preocupase, que no se iban a fijar en sus fallos en el desfile por ser mujer, que si desfilara él se fijarían, pero que en el caso de ella se fijarían en otras cosas”. Este comentario provocó las risas del propio teniente y del comandante.
Posteriormente, cuando la mujer fue destinada a dicho aeródromo, el comandante tampoco censuró al teniente los comentarios públicos referidos a que el progreso profesional de aquella dentro de la Unidad se debía a su condición femenina al decir que “con su falda, sus tacones y su sonrisa conseguía todo lo que quería”.
La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo en su sentencia, con ponencia de la magistrada Clara Martínez de Careaga, concluye que la conducta del comandante integra la citada falta grave –tolerar actos que, de cualquier modo, atenten contra la dignidad personal o en el trabajo-, ya que concurren en ellos los elementos que integran dicha infracción, como son “la condición militar del recurrente, el atentado a la dignidad de la teniente a la que otro militar de menor rango se refería en su presencia de modo jocoso y denigrante, específicamente por su condición de mujer, y la tolerancia del recurrente como superior jerárquico que no llamó en absoluto la atención al militar que estaba ofendiendo a la teniente, sino que rio sus gracias”.
(SERVIMEDIA)
12 Sep 2019
MST/gja