Lo hizo en su intervención inicial en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, donde dijo que el Gobierno en funciones “mantiene su esperanza de que pronto pueda dejar de estar en funciones”, para tener un Ejecutivo “sólido, coherente y fuerte” que afronte desafíos como el Brexit, la desaceleración económica y la sentencia del juicio por el proceso independentista.

La portavoz se refirió a la reunión de ayer con Unidas Podemos en términos muy parecidos a los que ayer empleó la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, al finalizarla.

“Se constataron diferencias pero también se observó que había ganas de continuar trabjando en profundidad por un nuevo gobierno”, interpretó. “Ambas partes se emplazaron a otros momentos”.

Reiterando el enfoque que ha venido dando esta semana el propio Sánchez, Celaá continuó diciendo que el PSOE propone “una tercera vía”, que no coincide con la posición de su partido ni con la de Unidas Podemos, y que el resultado de la negociación “debe ser ganancia para ambas partes, satisfacción para ambas partes”, porque “negociar es transar” y “no imponer”, y “encontrar resultados allí donde todavía no existen”.

Elogió la propuesta socialista de 370 puntos como “llena de contenidos progamáticos” pero aclaró que está “abierta a cambios, a matices”, y muchas medidas “abiertas a la negociación”, atajando así las críticas de Unidas Podemos a la supuesta insuficiencia de algunas. En esa línea, concluyó que “hay diferencias pero tenemos espacio para recorrer”.

Finalmente, Celaá recordó las reuniones anteriores con el PRC, PNV y ERC, reiteró que el PSOE no aceptará nunca un referéndum de autodeterminación y remató: “Queremos una investidura en septiembre y hemos ofrecido a Unidas Podemos, el grupo que falta por subirse a ese acuedo una participación activa en tareas de gobierno”.