Los hechos sucedieron cuando estas tres mujeres difundieron un vídeo grabado en el metro de la capital iraní, Teherán, sin portar el velo y animando a otras mujeres a decidir por ellas mismas si llevar o no esta prenda, actualmente obligatoria para las mujeres.

Un tribunal les ha condenado tras ser detenidas el pasado mes de abril por reunión ilegal, promover actos en contra de la seguridad nacional, propaganda contra el Estado y por animar a la “corrupción y prostitución moral”. Las penas llegan en el caso de una de ellas, Mojgan Keshavarz, a 23 años y seis meses de cárcel, mientras que sus compañeras Yasaman Aryani y Monireh Arabshahi tendrán que cumplir 16 años.

Después de ser detenidas, las tres mujeres estuvieron en paradero desconocido entre nueve y 14 días, lo que ha sembrado dudas sobre la regularidad de su arresto. Además, según Naciones Unidas, no tuvieron acceso a un abogado durante la investigación inicial y, más tarde, se prohibió a sus representantes legales ejercer su labor en el juicio.

“Recordamos a las autoridades iraníes que las defensoras de los derechos de las mujeres deben lidiar con la imposición de un código de vestimenta y están actuando en favor de los derechos humanos”, destacó la ONU en un comunicado en el que acusa al país árabe de usar la represión y criminalizar el ejercicio de la libertad de expresión y reunión.

Según los datos de la ONU, Irán ha arrestado desde enero de 2018 a, al menos, una decena de mujeres por protestar en contra de la imposición del ‘hijab’. Además, las detenciones de activistas se habrían intensificado en las últimas semanas, mientras que las autoridades han dado la orden de emplear las fuerzas de seguridad nacional para repeler las protestas contra el velo.