Su cotización selló la jornada en 8,60 euros, el mínimo de una sesión a la que había llegado a revalorizarse un 9,86% en algunos momentos de negociación en previsión también de buenos resultados en el primer semestre.

Al cierre de la sesión bursátil, Indra detalló las cuentas. Su beneficio neto minora un 8% frente al primer semestre de 2018, situándose en 34 millones de euros, pero como consecuencia del mayor gasto por impuestos, un mayor resultado atribuible a socios externos y el impacto contable de la NIIF 16.

Si se depuran dichos impactos atípicos, la cuenta, sin embargo, crece. El beneficio bruto subió de hecho un 4% y el resultado operativo Ebitda escaló un 7% (excluido el impacto de la NIFF 16).

Los ingresos mostraron a su vez un avance del 5,7% interanual y ascendieron a 1.546 millones de euros, lo que según explicó la compañía constata la aceleración en el ritmo de crecimiento de los ingresos y crecimiento en la contratación de casi todos sus negocios y geografías.