“Se han revisado al alza como reflejo de la fuerte inversión y la debilidad de las importaciones al comienzo del año”, justifica la institución dirigida por Christine Lagarde en las ‘Perspectivas de la economía mundial’ divulgadas este martes, y cuya alza sigue la estela de otros organismos.

MEJORA GENERALIZADA DE LAS PREVISIONES

A principio de julio fue la Comisión Europea la que mejoró su visión sobre España, elevando la proyección de PIB desde el 2,1 al 2,3% para este año, poco después de que el Banco de España lo subiese también en dos décimas, hasta el 2,4%. Y en los últimos días han sido varios los servicios de estudios en emular tales pasos: BBVA Research ha subido su previsión del 2,2 al 2,3%, el Servicio de Estudios de Mapfre al 2,4% y el Panel de Funcas al 2,3%.

Un movimiento que llevó hace unos días también a la ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, a anticipar que el Gobierno baraja seguir dichos pasos y revisar al alza el 2,2% previsto cuando presente el próximo cuadro macroeconómico, “en línea con algunos de los que ya han revisado” sus números.

Las estimaciones del FMI dejan a España liderando la progresión de actividad dentro de la zona euro, que crecerá, según sus cálculos, al 1,3% este año como ya había previsto en abril, pero ahora espera una aceleración al 1,6% en 2020 frente al 1,5% de su anterior proyección.

El organismo justifica la revisión al alza europea en que “se proyecta que la demanda externa se recuperará y que seguirán disipándose los factores temporales (como la disminución del número de matriculaciones de vehículos en Alemania y las protestas callejeras en Francia)”.

Aun así, España destaca con la segunda mejor corrección al alza junto a Nigeria, donde también ha mejorado en dos décimas su previsión de PIB para este año; y solo por detrás de Estados Unidos, donde ha subido su proyección desde el 2,3 al 2,6%.

Contrasta además dentro del área euro con Alemania, a la que ha bajado la previsión en una décima, hasta el 1,7%, por una demanda externa “más débil de lo esperado, lo que también supone un lastre para la inversión”, y con Francia e Italia, a las que se ha mantenido en el 1,3 y 0,1%, respectivamente.

CRECIMIENTO MODERADO

A escala mundial el FMI subraya que el crecimiento continúa siendo “moderado”, esperando un avance del PIB del 3,2%, frente al 3,3% calculado en su última proyección de abril, ante las múltiples incertidumbres internacionales como la escalada proteccionista de Estados Unidos.

“Las cadenas mundiales de suministro de tecnología se vieron amenazadas por la posibilidad de que Estados Unidos imponga sanciones, no se ha disipado la incertidumbre relacionada con el 'Brexit' y las crecientes tensiones geopolíticas han alterado los precios de la energía”, alerta en el informe el organismo.

Bajo este escenario constata que la inversión y la demanda de bienes de consumo duraderos “han sido moderadas” en las economías avanzadas y de mercados emergentes, “dado que las empresas y los hogares continúan postergando el gasto a largo plazo”, provocando en paralelo que el comercio mundial continúe “siendo flojo”.

El FMI alerta de que los riesgos a la hora de elaborar el pronóstico “se inclinan principalmente a la baja” de la mano de tensiones comerciales, un potencial freno de la inversión que perjudique al desarrollo tecnológico, vulnerabilidades financieras tras varios años de tasas de interés bajas o “una intensificación de presiones desinflacionarias” que restrinjan el margen de la política monetaria para contrarrestar las desaceleraciones y “prolonguen más de lo normal los shocks adversos”.

Para encarar esta situación considera “crucial” la adopción de medidas para “afianzar el crecimiento”, reducir las tensiones comerciales y tecnológicas y “despejar sin demora la incertidumbre en torno a los acuerdos comerciales”, incluido el que atañe al Reino Unido y la Unión Europea y el de Canadá, México y Estados Unidos.