Antes del cierre de puertos, una de cada 41 personas que intentaba llegar a Italia moría; ahora, fallece uno de cada ocho. Según CEAR, estamos ante unos datos "escalofriantes", que además se agravan con el intento por parte de algunos gobiernos europeos, como el italiano, de "criminalizar a quienes intentan salvar sus vidas".

CEAR se refería así al nuevo juicio que la capitana del SeaWatch, Carola Rackete, afronta desde hoy en Italia por el desembarco de varios migrantes rescatados en el mar. Con su campaña de recogida de firmas 'Ilegal es dejarles morir', CEAR exige que Rackete quede en libertad sin cargos y "nunca más nadie vuelva a ser detenido por salvar vidas".