En concreto, hay 31.005 autónomos vinculados a esa industria trabajando más allá de la edad legal de retiro, junto a otros 12.658 agricultores y 9.728 vinculados a pequeños establecimientos de hostelería. Otros sectores donde los autónomos suelen alargar su vida laboral son los del transporte, los sanitarios y en educación.

La causa fundamental que detecta UPTA detrás de esta situación es la insuficiente carrera de cotización en la mayoría de los casos, puesto que para el 40% de estos autónomos el ingreso en el mercado de trabajo se produjo con edades tardías y aún no han llegado al tope cotizable para percibir el 100% de la pensión de jubilación.

Según UPTA, para casi el 30% de ellos la cuantía de su pensión no les permite abandonar su actividad, puesto que en la mayoría de los casos han cotizado en bases mínimas de cotización y apenas llegan a 600 euros de media.

El presidente de UPTA, Eduardo Abad, indicó que en muchos casos “son situaciones de auténtica supervivencia” y muchos autónomos tendrán que alargar su actividad profesional más allá de los 70 años, “puesto que las pírricas bases y la tardanza en comenzar a cotizar son una losa demasiada pesada para poder acogerse a el merecido descanso”.

Ante esta realidad aboga por observar la situación y las condiciones para que, “en la medida de lo posible, prioricemos la elevación de la base de cotización y puedan jubilarse dignamente”.

Otro 20% de los autónomos que alargan su vida laboral lo hacen por propia iniciativa al contar con una profesión que les permite seguir desarrollando su actividad económica. Se trata normalmente de perfiles cualificados con actividades de carácter técnico o intelectual, no sujetas a tanto deterioro físico.

Entre ellos también se encuentran los trabajadores autónomos que se han acogido a la “jubilación activa”, es decir, parcial y pueden continuar desempeñando su actividad.