En la investigación, realizada por Seisida y ViiV Healthcare y que acaba de publicarse en la revista ‘Plos One’, han participado 1.401 personas con VIH y muestra una mayor prevalencia de consumo en hombres que tienen sexo con hombres, que son, principalmente, consumidores de drogas recreativas con un patrón de consumo moderado, que en heterosexuales.

No obstante, en el caso de los hombres heterosexuales el trabajo advierte la existencia de un subgrupo que presenta un patrón de alto policonsumo con una media de aproximadamente siete drogas diferentes, según precisó este jueves la autora del trabajo, María José Fuster.

Entre las personas heterosexuales que toman drogas, la mayoría consume principalmente cannabis aunque un “pequeño grupo” que son policonsumidoras, presentan un alto consumo de heroína y una tercera parte de ellas usa la vía inyectada. En su caso, la adherencia al tratamiento es “menor y presentan un peor estado de salud”, a juicio de Fuster.

Para la investigadora, el VIH constituye un “gran desafío” para la salud pública en España, con cerca de 145.000 personas infectadas. Entre los nuevos casos de VIH, la transmisión sexual representa casi el 80% del total, más del 50% corresponde a hombres que tienen sexo con hombres y el 26%, a heterosexuales.

En España la prevalencia del uso de drogas ilícitas en las personas que viven con el VIH no está clara, según reconoció la experta, para quien este estudio “es un paso importante para avanzar en este conocimiento”.

A pesar del aumento de la esperanza de vida para las personas que viven con el VIH, una de las coautoras del estudio, María José Galindo, hizo hincapié en “ciertos aspectos personales” que pueden tener un “impacto importante” en su calidad de vida, entre los que mencionó el consumo de sustancias.

Para las investigadoras los estudios futuros “deben monitorizar la evolución de los patrones de uso de drogas y el impacto longitudinal del uso recreativo de drogas en la salud de sus usuarios”. “Además, será necesario diseñar estrategias que proporcionen respuestas adecuadas a los diversos problemas asociados con cada patrón de consumo de drogas”, añadieron.

Los datos se recopilaron entre noviembre 2016 y abril 2017 en 33 hospitales y ONG de toda España a través de un cuestionario diseñado con la colaboración de un grupo de expertos que evaluó el uso de drogas y otras sustancias, la adherencia al tratamiento y otras variables relacionadas con la salud.