Esta hucha es un instrumento macroprudencial que persigue que las entidades acumulen un colchón de capital durante los períodos de crecimiento del crédito para ser liberado cuando la conyuntura cambia y se produce una corrección, permitiendo así que hagan caja durante las fases expansivas que es cuando se suelen acumular riesgos para encararlos cuando dichos riesgos se materializan.

Para su estimación el Banco de España analiza distintos indicadores como la desviación de la ratio de crédito total sobre PIB respecto a su nivel tendencial de largo plazo, la intensidad de la financiación, precios del sector inmobiliario o el peso de la deuda en empresas y hogares en función de su renta disponible.

A fecha actual el organismo considera que la evolución de todos esos elementos "amparan" no demandar a la banca que construya hucha anticíclica pero sí "apuntan a la necesidad de hacer un seguimiento cuidadoso de la evolución y de las proyecciones hacia futuro de los indicadores mencionados".

Su decisión ha sido previamente notificada al Banco Central Europeo (BCE). Asimismo, y por primera vez, esta decisión ha sido comunicada con antelación a la Autoridad Macroprudencial Consejo de Estabilidad Financiera (Amcesfi), de reciente creación.