Anesdor considera que desterrar a los usuarios de motocicletas y ciclomotores del carril bus es una mala noticia para la movilidad de la ciudad, ya que la moto, por sus dimensiones, facilita la descongestión del tráfico. Además, apunta que “si hubiera un 10% más de motos en una ciudad, se reducirían un 40% los atascos, algo que beneficia a todos y cada uno de los usuarios de la vía, incluido en transporte público”.

La asociación avisa de que el carril bus se ha convertido en un aliado para favorecer la movilidad, al mismo tiempo que otorga protección a los ciudadanos que optan por la moto como medio de transporte. Asimismo, indica que los peatones y los motoristas se consideran los colectivos más vulnerables, al aglutinar un mayor número de accidentes graves, cerca de un 75% del total.

Anesdor puso a Madrid como ejemplo de ciudad cuya incorporación de las motocicletas y ciclomotores al carril bus supuso un descenso en número de muertos y heridos graves de un 15% en los cinco años posteriores a su puesta en marcha. Y ello a pesar de que en ese periodo el parque de motos creció un 27%.

También recalcó que un entorno en el que los ciudadanos se preocupan cada vez más por el medio ambiente, el transporte en moto ofrece a la Administración unos resultados eficientes en términos de dióxido de carbonos, de óxidos de nitrógeno y de emisión de partículas, “respondiendo de forma satisfactoria tanto al reto del cambio climático como al de mejorar la calidad del aire en las ciudades”.

Finalmente, apuntó que la nueva ordenanza también dificulta el aparcamiento a los usuarios de motos en el centro de la ciudad, con el fin de facilitar el tránsito de los peatones. Como medida adicional a esta restricción se han creado nuevas plazas de aparcamiento para motos pero en número insuficiente y sin un criterio homogéneo en su ubicación, según la asociación.