Los hermanos Higini y Ramon Cierco, junto al antiguo consejero delegado de BPA, Joan Pau Miquel, han trasladado a la Agencia estatal andorrana de Resolución de Entidades Bancarias (Areb) que “no siguió los mecanismos de concurrencia y publicidad que establece la ley aprobada expresamente para gestionar la denominada crisis de BPA”, según informaron este viernes en un comunicado.

El fondo estadounidense recompró por 12,8 millones de euros la deuda que VallBanc contrajo con BPA –gestionada por el Estado a través de la Areb (organismo similar al Frob español)- por sus activos buenos en el año 2016 y bajo la fórmula de bonos convertibles (CoCos), “sin que se haya puesto en marcha ningún concurso como fija la normativa”, sostienen.

Dichos activos fueron valorados inicialmente, en el momento de su traspaso, en 70 millones y los propios auditores de VallBanc elevaron posteriormente su valor a 96 millones, generando según los Cierco ya “un beneficio extraordinario injustificado para la nueva entidad”.

Al transcurso de dos años y con la autorización de la Areb, JC Flowers compró dichos bonos a BPA por un valor de 12,8 millones, y a 83,2 millones menos de lo que se valoró en su propio balance, “causando así un claro perjuicio al Estado andorrano y a aquellos clientes -como los propios Cierco- que aún los son de BPA”.

Los antiguos propietarios de BPA sostienen que el procedimiento fue “anómalo e ilegal” porque asignó la venta “sin que se haya puesto en marcha ningún concurso como fija la normativa”.

El andorrano BPA fue intervenido tras sufrir una fuerte sangría de liquidez después de que el departamento de blanqueo del Tesoro de EEUU le abriese un expediente por blanqueo de capitales que posteriormente archivaría.

La caída del banco pirenaico se llevó por delante a su filial española Banco Madrid, intervenida también a principios de 2015 y cuyos activos se han liquidado en un proceso concursal para cubrir la deuda con acreedores.