Según informó este martes la OMS a través de un comunicado, este “agotamiento” se describe en el capítulo relativo a los factores que influyen en el estado de salud y que incluyen los motivos por los cuales las personas acuden a un servicio médico pero que no están considerados una enfermedad o una afección médica.

En concreto, se define en la nueva clasificación como un “síndrome” que es “resultado de estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito” y que se caracteriza por “sentimientos de agotamiento” o sensación de “agotamiento de la energía”, sentimientos de “negativismo” relacionados con el empleo o reducción de la eficacia profesional.

La OMS puntualizó que este fenómeno ya se incluyó en la CIE-10 en la misma categoría, aunque la nueva definición es “más detallada” y avanzó que está “a punto” de desarrollar una serie de directrices “basadas en la evidencia” en relación al bienestar mental en el lugar de trabajo.