Además, los ataques contra las escuelas se triplicaron entre 2017 y 2018, pasando de 68 a 192, según informó este martes el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), con motivo de la inauguración hoy en Mallorca de la tercera Conferencia Internacional sobre Escuelas Seguras. Allí hará un llamamiento para que se ponga fin a todos los ataques contra centros escolares y se garantice el derecho a la educación.

Según Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef, “la educación está bajo el fuego en Afganistán”. “Los ataques sin sentido contra las escuelas, los asesinatos, las lesiones y el secuestro de maestros y las amenazas contra la educación están destruyendo las esperanzas y los sueños de toda una generación de niños”, agregó.

Señaló que el actual conflicto y el rápido deterioro de la situación de la seguridad en todo el país llevaron al cierre de más de 1.000 escuelas a finales del año pasado, lo cual privó a medio millón de niños de su derecho a la educación.

Una de las razones que explican el aumento de los ataques contra las escuelas es el uso de sus instalaciones como centros de inscripción de votantes y centros de votación para las elecciones parlamentarias de 2018.

DISCRIMINACIÓN POR GÉNERO

El aumento de la inseguridad, las altas tasas de pobreza y la persistente discriminación contra las niñas llevaron a que la tasa de niños sin escolarizar aumentara el año pasado por primera vez desde 2002. Las niñas representan el 60% de los menores que no reciben educación.

Unicef colabora con el gobierno y otros aliados para ofrecer educación informal y acelerada basada en la comunidad, lo que incluye impartir clases en edificios y hogares comunitarios. Así se reduce la inseguridad que corren los niños en el trayecto a la escuela.