Hernández fue atacado con arma blanca por un antiguo empleado que había sido despedido hace dos meses. El asesino ha sido arrestado “inmediatamente” por las fuerzas de seguridad, según informó la congregación salesiana a la que pertenedía Hernández.

Es el segundo salesiano asesinado en el país africano en tres meses después de que Antonio César Fernández fuera víctima de un ataque yihadista.

En este ataque también resultó herido el salesiano Germain Plakoo-Mlapa, que recibió heridas de gravedad de las que se está recuperando.

La congregación salesiana ha expresado “su profundo dolor” en su página web, y agregó que quiere estar cerca de su familia y de los hermanos de su comunidad. Al tiempo que condenó toda forma de violencia, se reafirmó en su voluntad de “seguir trabajando en estos países africanos”, especialmente “con la educación y evangelización de los jóvenes, para contribuir a su pleno desarrollo”.

Fernando Hernández, nació en Salamanca y cursó estudios de Formación Profesional en Guipúzcoa. Se consagró, respondiendo a su vocación salesiana, se ordenó sacerdote en Santander y fue enviado a Benin como misionero.

Su vida ha estado ligada al desarrollo de las diferentes obras de la Inspectoría Salesiana de África Occidental Francófona (AFO), en las que trabajó por el impulso de la Formación Profesional. Como expresan algunos de sus formadores aquí en España: «Era un sacerdote con formación técnica, un perfil muy interesante para el trabajo realizado en los lugares a los que ha sido destinado por ser la Formación Profesional el motor del desarrollo para los jóvenes estudiantes y su entorno».

Los salesianos están presentes en Bobo Dioulasso (Burkina Faso) desde 1994, con un proyecto que se desarrolla de forma coordinada en tres localizaciones: un centro de atención para chicos y chicas de la calle, un centro de alfabetización y un centro de formación profesional con más de 300 alumnos.