Así lo señaló durante su intervención en la Asamblea del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), durante la que indicó que, según las previsiones del Banco de España, la actual fase de expansión de la economía se prolongará durante los próximos años, pero que el crecimiento del PIB se desacelerará para crecer en torno al 1,5%, tasa que coincide con el potencial de crecimiento de la economía española.

Para Hernández de Cos, “esta evolución esperada se apoya en el mantenimiento de los factores que vienen sustentando el crecimiento desde el comienzo de la recuperación, que incluyen, en particular, las mejoras competitivas alcanzadas desde el inicio de la crisis, el reforzamiento de la situación patrimonial de empresas, de familias y de instituciones financieras, y el tono acomodaticio de la política monetaria”.

En la misma línea, el gobernador mencionó la prolongación de la orientación “ligeramente expansiva de la política presupuestaria”, para a continuación asegurar que “esta combinación de factores permitiría que la economía siguiera creciendo a un ritmo superior a su tasa potencial, lo que favorecería que continuara la absorción de los elevados volúmenes de desempleo generados durante la crisis”.

Asimismo, resaltó que la economía española “ha logrado registrar superávits externos recurrentemente durante la fase expansiva, algo inusual en recuperaciones anteriores, lo que sería indicativo de que al menos una parte de la corrección del desajuste externo tiene un carácter estructural”.

Sobre la desaceleracion, el gobernador subrayó que se enmarca en un contexto global “complejo e incierto en el que existen dudas sobre la intensidad y sobre el ritmo de crecimiento de la economía mundial, especialmente de la zona del euro” y que “persisten los riesgos asociados a un Brexit sin acuerdo y no puede descartarse la aparición de nuevas tensiones proteccionistas que dificulten la recuperación del comercio mundial”.

En el ámbito interno, mencionó las dudas sobre el curso futuro de las políticas económicas, en relación tanto con la política presupuestaria como con las reformas estructurales, y aseguró que la economía española “sigue enfrentándose a retos y a vulnerabilidades importantes en cuya corrección es necesario avanzar para apuntalar su capacidad de crecimiento a largo plazo”. Entre los más importantes, destacó “el elevado endeudamiento público y exterior, el progresivo envejecimiento de la población, la elevada tasa de paro, el reforzamiento del sistema bancario y la baja productividad”.

Por otro lado, destacó “el notable proceso de desendeudamiento llevado a cabo por el sector privado no financiero” así como el “intenso proceso de saneamiento, de recapitalización y de reestructuración del sector bancario”, al destacar que desde diciembre de 2013 los activos dudosos se han reducido en más de 122.000 millones, lo que representa un 64,5 % del total.

Así, sobre el sector bancario, Hernández de Cos afirmó que “a pesar de los avances logrados en los últimos años, sigue enfrentándose a retos importantes, en muchos casos compartidos con otros sistemas bancarios europeos”, y que el sector bancario español “debería acelerar la reducción de sus activos improductivos, ya que estos lastran no solo su rentabilidad, sino también su capacidad de asignar recursos de forma eficiente”.