Las empresas familiares empeoran su valoración sobre la situación económica pese a prever más ventas e inversión
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Las empresas familiares han empeorado su valoración sobre la situación económica en España, situándola en 5,64 puntos (sobre un máximo de 9) en este ejercicio 2019, frente a los 6,39 puntos en que se encontraba hace un año. Esta valoración, además, es peor también que la que dieron en 2017 (5,88), pero mejor que la de 2016 (5,46).
Así se desprende de la encuesta realizada a los asistentes de la Asamblea del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), en la que, a pesar de emperorar la valoración sobre la situación de la economía, se refleja una mejora en las previsiones de las empresas familiares en lo que respecta a sus ventas y a sus inversiones en España.
En concreto, el 71% de los encuestados prevé que durante 2019 aumentarán sus ventas, frente al 67% del pasado año, mientras que un 24% cree que se mantendrán en niveles similares (frente al 30% de la encuesta de hace un año) y un 5% considera que se reducirán, frente al 3% de 2018.
En lo que se refiere a la plantilla, sin embargo, empeoran las previsiones, ya que sólo un 19% de los encuestados cree que incrementará su plantilla en 19%, frente al 37% de 2018, mientras que un 57% estima mantener los niveles de empleo actuales (42% en 2018), un 10% prevé que se reduzca (13% en 2018) y un 14% considera que su plantilla oscilará dependiendo de la demanda (8% el año anterior).
En cuanto a la inversión en España, el 67% tiene previsto aumentarla en 2019, por encima del 63% de 2018, mientras que el 33% no prevé incrementarla (37% en 2018).
Sobre el grado de internacionalización de la empresa, el 72% tienen producción en el exterior, frente al 66% del año pasado, mientras que el 19% tiene también presencia comercial en el exterior (15% en 2018), un 7% tiene ventas en el exterior (igual que en la encuesta del año anterior) y un 2% no tiene ningún grado de internacionalización (12% en 2018).
MARCHA DE LA ECONOMÍA
Por otro lado, sobre la marcha de la economía, el 55% de los encuestados considera que en el corto y medio plazo habrá un crecimiento “frágil de la actividad sin creación neta de empleo”, frente al 2% que opinaban así en 2018, y el 45% piensa que habrá un aumento moderado de la actividad con una limitada creación neta de empleo, frente al 85% de 2018.
Preguntadas por las prioridades en lo referente al modelo de visión de Estado a largo plazo, un pacto de educación y formación es la máxima prioridad, seguida de un pacto sobre el modelo territorial, en tercer lugar un pacto para la simplificación fiscal y administrativa y, por último, un pacto sobre las pensiones.
En esta línea, preguntados por cuál es el legado político más importante que puede dejar un gobierno, el 45% de los encuestados considera que es la estabilidad política e institucional, mientras que un 43% considera que es un buen nivel de educación y cualificación profesional y un 12% opina que el mejor legado sería una simplificación administrativa.
Mirando al pasado, la entrada en la UE (44%) es el éxito económico de los últimos 40 años mejor valorado por las empresas familiares, seguido por la apertura al exteriro (24%), la mejora de la competitividad (20%) y la mejora de las infraestructuras (12%).
Por último, sobre la implicación de las empresas en la formación de los jóvenes, el 33% de las empresas familiares encuestadas considera que deben tener un papel de participación directa, actuando como profesores; un 26% opina que deben facilitar prácticas a los jóvenes ; un 24% considera que su papel debe ser el de participar en los planes de estudios; y el 17% cree que deben colaborar en la orientación profesional.
(SERVIMEDIA)
07 Mayo 2019
IPS/caa