Así se pronunció a las puertas de la sede nacional del PP, minutos antes de que comenzase la reunión del Comité Ejecutivo Nacional que ha convocado el líder nacional de los populares, Pablo Casado, para analizar los resultados electores que le han llevado a lograr tan solo 66 escaños, frente a los 134 de la anterior legislatura.

Reconoció que cuando los resultados no acompañan respecto a las expectativas lo inteligente es reflexionar y hacer “mucha autocrítica”. “El PP es un partido amplio, hay gente con distintos acentos y el mío saben cuál es, no creo que me haya alejado nunca del centro y me decían el barón rojo”, sentenció.

“No he cambiado de discurso, bien es verdad que se han amplificado algunos mensajes pero no se ha abandonado el centro”, prosiguió Monago, y añadió que “lo que nos han marcado los tambores han sido toques que venían muy por la derecha y a lo mejor han pensado que por dormir con sábanas blancas se es del Real Madrid”.

Preguntado por si debe dimitir Casado por la debacle electoral, respondió que “a toro pasado todos somos analistas” y que el líder del PP lleva “poco tiempo como presidente del partido” y supone “un liderazgo nuevo” en unas elecciones que eran “muy difíciles” por el entorno tan fragmentado y una campaña “dirigida desde Presidencia del Gobierno para fragmentar el centro-derecha”.

Opinó que todo esto generó “una tormenta perfecta” y “cuando uno tiene una tormenta perfecta querer ser el mejor patrón del mundo es un objetivo al alcance de muy pocos”. Recalcó que ahora toca hacer “mucha autocrítica” para enfrentarse a las elecciones autonómicas y municipales del 26-M. “Vamos a hacer todo lo posible”, prometió.

Por último, sobre la petición de la CEOE al PP y a Ciudadanos para que se abstengan en la investidura y dejen gobernar al líder socialista, Pedro Sánchez, indicó que es “realmente tierno que nos pida el sentido del voto a nosotros”. Tras decir que respeta los ámbitos de actuación de la CEOE y reconocer su importancia en España, sentenció que los partidos tienen libertad para decir a quién quieren o no investir.