El agente acababa de relatar, a preguntas de las acusaciones, como “la masa se organizaba” en la escuela Verd de Girona. “Había unos ciudadanos con apariencia de bomberos, nos hostigaban, nos iban increpando, siempre había alguien que nos lanzaba algo con la intención de que nos tropezáramos”, explicó.

Así, cuando Salellas preguntaba al agente por el concepto de “masa” que había utilizado, Marchena interrumpió su interrogatorio: “Llevamos 20 sesiones hablando de la masa y usted ahora quiere enterarse en términos policiales de qué es la masa”. En este sentido, continuó, “usted quiere un debate con el testigo acerca de lo que él entiende por masa para ver si concluye alguna significación peyorativa”. Tras la protesta del abogado, le solicitó que formulase otra pregunta.

Posteriormente, un agente que intervino en la escuela Dalmau i Carles relató un episodio con un ciudadano menor de edad que trasladaron a comisaría tras dar una patada a un agente. Más tarde, a preguntas de Marchena, aclaró que se abrió un procedimiento judicial contra esta persona y finalmente fue absuelta.

VEHÍCULO INTERCEPTADO EN GIRONA

Después llegó el turno de dos agentes que participaron en un dispositivo en un polígono de Girona donde interceptaron un vehículo rojo que había estado persiguiendo y haciendo fotos al convoy policial, “no sabemos con qué fin”. Ambos agentes explicaron que en el vehículo iban tres personas, cuando solicitaron la identificación a la mujer que lo conducía, esta cerró el pestillo de las puertas y se negó a bajar.

Sin embargo accedieron a entregarles el DNI a través de una de las ventanillas de la parte trasera. En el momento en que uno de los agentes recogía la identificación, la persona que se la entrega “se ríe, cierra la ventanilla y me deja el brazo atrapado”. En ese momento, “hacen amago de iniciar la marcha”, cuando intenta sacar el brazo con la ayuda de su compañero la ventanilla se fractura. Es entonces cuando se identifica a la conductora tras bajar del vehículo. El agente, explicó, sufrió un derrame en el brazo.

El último agente en declarar como testigo participó en la intervención en la Escuela Oficial de Idiomas de Lleida. En este centro de votación había cerca de 300 personas, relató. En el exterior “una cadena humana entrelazada” y en el interior “habían colocado mesas de pupitres como haciendo de barricada”. Tras la intervención de la UIP pudieron acceder, dentro requisaron “ocho urnas, tres tabletas y diverso material electoral”. Todo estaba escondido, apuntó, “detrás de una puerta, debajo de las mesas y en cuartos adyacentes”.

Preguntado por las defensas por su intervención en este centro, subrayó, “no nos podíamos quedar de brazos cruzados como sí que hicieron los mossos allí presentes”. En total, 24 agentes del Cuerpo Nacional de Policía han declarado como testigos en la jornada de este martes. El juicio se reanudará mañana a las 10 horas con 23 agentes.