El documento concluye que quienes utilizan la Atención Primaria pública piensan que “la atención recibida ha sido buena o muy buena”, con “un notable” hacia la actuación de los profesionales. Sin embargo, consideran que “ha empeorado en los cinco últimos años”. En este sentido, la ausencia de continuidad debido a “la falta de cita con su médico habitual” produjo “en un 32,5%” el acudir a las urgencias hospitalarias.

En cuanto a los profesionales médicos, la entidad afirma que sufren “una gran presión” por las condiciones de asistencia que tienen. “Se han objetivado elevados porcentajes de profesionales de medicina de familia con cupos superiores a 1.500 (41,49%) e incluso 2.000 personas (2,12%) lo que resulta incompatible con el adecuado funcionamiento de la AP”, insisten.

También recogen que existe una “situación especialmente preocupante” en el caso de enfermería “que tiene una falta de recursos muy importante que habría que intentar paliar de manera urgente”.

Asimismo, el gasto dedicado a la AP disminuyó entre 2010 y 2016, “tanto en porcentaje sobre el gasto sanitario total como en gasto por habitante y año”. “Probablemente esta desatención presupuestaria sea el origen de la precaria situación y el descontento vivido en todo el país sobre la Atención Primaria actual”, denuncia la rederación en su escrito.

El objetivo principal del documento es “analizar la evolución de la Atención Primaria en las comunidades autónomas españolas durante los años de la crisis” y “evaluar si se ha producido una recuperación tras la mejora de la situación económica”, recogen. Los autores también quisieron “conocer la opinión” de la población y “sugerir” una serie de medidas para concienciar sobre la AP.

Entre las recomendaciones se incluye “recuperar las actividades de promoción y prevención, la visita domiciliaria y la atención comunitaria”; “la promoción” y el respeto “del trabajo en equipos” multidisciplinares y una mayor transparencia “en recursos, actividad, calidad y resultados en salud”.