El Ministerio Público hace especial énfasis en que el intento de asesinato no era sino la “última” expresión de Taoufik de imponer su dominio sobre su pareja, “actuando con total desprecio y humillación durante toda la relación, queriendo controlar su vida, sus finanzas y su forma de vestir, sometiéndola en todo momento mediante insultos, menosprecios, amenazas y castigos físicos, como golpes y empujones”.

Al acusado se le imputan los delitos de asesinato en grado de tentativa, maltrato psíquico en el ámbito familiar en relación con sus hijos y con su mujer. La obligaba a informarle de a dónde iba y de con quién estaba o incluso le requería su documentación médica.

Este comportamiento se prolongó, desde que contrajeron matrimonio en 2003, durante 15 años, hasta que su mujer le propuso rehacer libremente su vida “sin su presencia y sin que éste coartase su libertad de expresión”.

El 18 de febrero de 2018, según el escrito de acusación, Taoufik Mrigate mantuvo una discusión con su pareja después de comunicarle su decisión de abandonarle, por lo que decidió acabar con su vida “como manifestación de su poder de control sobre la vida de ésta en su afán de someterla y constreñir su voluntad”.

Tras coger un cuchillo en la cocina, el acusado se acercó por la espalda a su mujer, que se estaba calzando, y de forma sorpresiva se lo clavó en la espalda en presencia de sus hijos. A la primera puñalada le siguió otro intento en el cuello que la mujer evitó con sus manos al poder darse la vuelta. Después Taoufik la cogió del pelo y la tiró al suelo, donde volvió a clavarle el cuchillo por la espalda.

Al oír los gritos de sus nietos, la abuela materna, que se encontraba en la casa de visita junto a su marido, comenzó a pedir auxilio, al tiempo que el hombre salía del dormitorio y lograba reducir al acusado.