Guardias civiles tras el 20-S: “No era posible ni aconsejable salir del acuartelamiento”
- Un sargento de la Guardia Civil destaca la labor de mediación de los Mossos para facilitar la entrada y la salida del cuartel de Travesera de Gracia
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Dos agentes de la Guardia Civil presentes en las concentraciones frente a los cuarteles de Travesera de Gracia y Gandesa declararon hoy como testigos ante la sala del Tribunal Supremo que juzga el ‘procés’. Ambos coincidieron en que “no era posible ni aconsejable salir del acuartelamiento” por la actitud de “hostigamiento”, con amenazas e insultos, de las personas allí concentradas.
Así se manifestaron durante su declaración como testigos ante la sala del Tribunal Supremo que juzga a los líderes independentistas por la convocatoria y celebración del 1-O. El sargento de la Guardia Civil responsable del operativo de seguridad del cuartel de Travesera de Gracia, donde estaban los detenidos del 20-S, explicó que la noche del 21 de septiembre “estaban concentradas alrededor de 200 o 300 personas, sentadas en la calzada”. Allí permanecieron hasta las “4.30 horas, más no”, pero esas concentraciones se repitieron varios días. “Impedían el paso permanente, no se podía circular en ningún sentido”, indicó.
Se oía “perros, fascistas, hijos de puta...” y cánticos como “fuera las fuerzas de ocupación” y “las calles siempre serán nuestras”. Había “familias con niños y estaban limitados para salir”, porque “la gente increpaba y eso, lógicamente, no es plato de gusto”, detalló. Sobre el motivo por el que se disolvieron, aseguró: “Me imagino que sería el cansancio o el desgaste”.
Preguntado por el papel de los Mossos, apuntó que había dos patrullas, pero que desconocía el perímetro que hicieron porque él estaba dentro del cuartel. En este sentido, añadió que para la entrada y salida de vehículos necesitaban la labor de mediación de los Mossos, ya que “si Mossos no colabora y dialoga con ellos hubiese sido imposible pasar por ahí”. Asimismo, aclaró que no hubo lanzamiento de objetos, ni heridos.
Posteriormente declaró el cabo primero de la Guardia Civil reponsable de seguridad del cuartel de Gandesa, quien explicó que el 24 de septiembre, sobre las 3.30 horas, dos personas encapuchadas realizaron “una pintada en el vallado perimetral del acuartelamiento que fue captada por las cámaras de seguridad”, pero “no se pudo lograr la identificación”. En la pintada ponía “votarem”. Sobre este asunto, preguntado por las defensas, indicó que de la grabación de las cámaras de seguridad “se recogieron imágenes estáticas”, pero que no entregó las imágenes a nadie porque nadie se lo pidió. “¿Quién decidió conectar ese hecho con un atestado de la violencia en Cataluña?”, continuó la defensa. “Lo ignoro”, aseguró el testigo, ante lo que Marchena pidió a las defensas que no preguntaran por la ideología de la persona que había realizado el atestado policial.
Además de estos hechos, el cabo primero de la Guardia Civil relató varios actos de “hostigamiento” los días 2 y 3 de octubre y el 8 de noviembre. En el primero había “unas 30 o 40 personas”, el día 3 “unas 300 personas acompañadas de maquinaria agrícola”, en concreto “15 o 20 tractores”, apuntó. En todo momento gritaban “asesinos, hijos de puta, fuera fuerzas de ocupación y más lindezas”. Los agentes “estamos para eso”, agregó, pero “no es agradable para las familias escuchar que a su padre o a su marido les están insultando o impidiendo el paso”. “No era posible ni aconsejable salir del acuartelamiento”, subrayó. Estos mismos actos se repitieron el 8 de noviembre, recordó.
(SERVIMEDIA)
28 Mar 2019
ICG/SGR/caa