Durante su declaración ante el Tribunal Supremo, el sargento primero explicó que la concentración frente al cuartel de Valls se produjo “entre las 20.45 y las 21.45 horas” del 20 de septiembre y que eran “aproximadamente unas 150 personas”.

Según explicó, le consta que hubo llamamientos por redes sociales por parte de partidos políticos y de ANC y Òmnium “para concentrarse y hacer un recorrido por el pueblo”. Frente al cuartel gritaban distintas consignas, entre ellas "votaremos", "libertad" y "fuera las fuerzas de ocupación" y también “nos insultaban, hijos de puta, fachas, renegados…”.

El testigo relató que, además de la concentración, había una “pegada de carteles” que, según detalló, fueron repartidos por las organizaciones convocantes y por algunos partidos políticos, entre ellos la CUP y el PDECat. “Votamos para ser libres” o “que no decidan por ti” son algunos de los mensajes que se mostraban en los carteles. En uno, en concreto, aparecía “la silueta de dos guardias civiles”, agregó. El episodio, según apuntó, creó “malestar entre compañeros, mujeres y novias”, ya que “verles allí enfrente insultando no gusta”.

En ese sentido, agregó que en aquel momento conocía que “había habido actos de hostigamiento contra otros cuarteles de la Guardia civil y comisarias de Policía Nacional”, y por este motivo, explicó, reforzaron la seguridad de los cuarteles.

Todas las puertas del cuartel estaban cerradas, así que “pusieron cinta adhesiva para que no pudiéramos abrir las puertas correderas”. Sin embargo, pasadas las 21.30, tras la llegada de la Policía Local, el sargento pudo salir. Fue entonces cuando, según su relato, pidió a las personas que estaban pegando carteles que dejasen de hacerlo, “eran 10 o 15”. Ante la persistencia en esta actitud, se dirigió a uno e “intenté cogerlo para identificarlo, pero salió corriendo y se me echaron encima 10 o 15 personas”.

Ante las preguntas del abogado de Oriol Junqueras sobre este incidente, el testigo aclaró: “Cogí a esta persona del brazo e intente llevarle a la zona de seguridad que había hecho la Policía Local”. Sin embargo “cuando se zafa de mí, otras personas salen en mi busca”, pero “no me tocan, se me encaran”. Durante todo este tiempo la labor de la Policía Local fue “perfecta y eficaz”, manifestó.