"Sin ese agua, los niños son especialmente vulnerables a enfermedades que pueden poner en peligro su vida, como la diarrea”, explicó el especialista en agua de Unicef Chris Cormency, que precisó que ya son alrededor de 500.000 habitantes los que ya tienen suministro.

Los equipos gubernamentales sobre el terreno identificaron las soluciones y, con el apoyo logístico, financiero y técnico de la organización de Naciones Unidas y la ayuda del Reino Unido, lograron el pasado día 22 restablecer el suministro de agua.

El 60% de las tuberías están funcionando y el Gobierno está llevando a cabo una operación especial para transportar agua en camiones hasta que se pueda reparar la infraestructura dañada.

"Comprobamos que se trataba de una situación de extrema urgencia y que podíamos proporcionar una solución”, explicó el responsable de la misión de ayuda británica, Cate Turton.