A la pregunta de si esa demora forzará un cambio en los objetivos, el banquero fue taxativo: "La respuesta es no, porque queda mucho partido y no nos parece adecuado ni externa ni internamente" plantearlo. La clave que apuntó es que, en lo que depende de Bankia, la actividad comercial y los resultados están evolucionando mejor de lo esperado, aunque no pueda gestionar los factores exógenos como es la subida de tipos.

El banquero realizó esta confirmación en un encuentro informativo previo a la Junta General que mañana celebrará la entidad en Valencia, junto al consejero delegado del banco, José Sevilla.

A título de ejemplo indicó que el banco va adelantado en la consecución de los 190 millones de sinergias que había previsto lograr con la integración de BMN, completada el pasado año. "Vamos a ser capaces de ofrecerlas no en tres años, sino en dos", indicó y subrayó que, además de dejar "atrás" la integración operativa, se ha conseguido el "ensamblaje" de los equipos y eso ha robustecido la fuerza comercial.

En relación con ésto subrayó que el grupo logró ganar 120.000 clientes el pasado año y ganar cuotas de mercado en segmentos claves como crédito al consumo, empresas, fondos de inversión o el negocio con tarjetas, en contra de la pérdida que suele darse en las integraciones corporativas.

El mayor impulso, según indicó, se produjo en la segunda parte del año porque el arranque de 2018 estuvo enfocado en la integración, y afirmó que ha entrado en 2019 con la misma tracción.

En este sentido, indicó que los primeros dos meses del año Bankia ha captado 27.000 clientes (quiere incorporar 150.000 nuevos este año) y ha crecido al 28% en crédito al consumo o al 38% en suscripción de nuevas pólizas de seguros con clientes.

"No se han perdido clientes y dos: se ha incrementado la cuota de mercado. Nunca jamás había vivido una situación como ésta", aseguró, pese a las muchas integraciones vividas durante su larga trayectoria profesional en banca.

Por otro lado, recordó que el banco va adelantado en el plan de limpieza de ladrillo, ya que el pasado año se sacó casi de golpe 6.000 millones de activos improductivos del balance (adjudicados y créditos morosos) con la venta de inmuebles unidad a unidad, en grandes carteras a inversores mayoristas y la colocación de 3.000 millones a LoneStar.

Su plan estratégico preveía reducir la exposición en 9.000 millones en tres años, reduciéndola a un ritmo de 3.000 cada ejercicio, y el pasado duplicó ese esfuerzo, remarcó.

"Internamente creemos que hemos empezado un nuevo ciclo, una nueva etapa", refirió por otro lado, desvelando que la plantilla está empezando a crecer además por vez primera.

De cara al futuro aseguró que no hay plan alguno de nuevos ajustes tras haber completado el ERE derivado de la fusión de BMN recientemente ni en clausura de oficinas, aunque admitió que podrían darse cierres no por necesidades de ahorrar costes sino por la propia evolución en los hábitos de los clientes, en alusión al aumento de las operaciones en la banca digital.

DEJARÁ DE CAER EL MARGEN Y LOS TIPOS

"Tenemos una visión optimista, confiada", insistió. Aun cuando la banca sufre tipos negativos desde febrero del 2016, Goirigolzarri aseguró que Bankia confía en que 2019 sea el año donde "flexione" la tendencia y rompa el ciclo de "caída permanente y abrupta" del crédito, que también ha castigado al margen financiero.

Aunque confirmó que Bankia logrará su objetivo de beneficio y reparto de dividendo del plan trianual, Goirigolzarri quiso hacer especial énfasis sobre esto último.

El banquero ratificó que la entidad repartirá 2.500 millones en tres años entre sus dueños manteniendo un 'pay out' del 45-50% y distribuyendo de forma adicional el capital acumulado por encima del 12% del 'fully loaded' de solvencia regulatoria.

Sin embargo, el consejero delegado de Bankia, José Sevilla, indicó que aún no puede efectuar un cálculo de cuánto podría repartir con cargo a recursos propios porque debe esperar a conocer los umbrales regulatorios en solvecia que debe cumplir este año por decisión del BCE.

PAGO DE 357 MILLONES CON CARGO AL 2018

En la Junta de Accionistas que el banco celebra mañana propondrá un pago de dividendo con cargo al resultado de 2018 que ascenderá a 357 millones de euros, cuantía un 5% superior la distribuida el año anterior.

Se trata del quinto dividendo en la historia de Bankia desde el abonado en julio de 2015 con cargo al resultado del ejercicio 2014 (distribuyó entonces 128 millones de euros). Desde ese primer pago el banco ha remunerado a sus accionistas con una cifra acumulada de 1.517 millones.

Con el nuevo abono el Estado percibirá ahora unos 219 millones por el 61,4% que controla actualmente en el capital de Bankia a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob).

Los ingresos totales recibidos por el Frob solo en concepto de dividendos alcanzarán así los 961 millones de euros. Si se suman las dos ventas de paquetes de títulos de Bankia efectuadas por el organismo en febrero de 2014 y diciembre de 2017 por una cuantía total de 2.122 millones, el importe total recuperado en ayudas por el Estado alcanzará los 3.083 millones de euros.