En su discurso ante el Comité Ejecutivo del PP andaluz, Casado sentenció que “España no va bien” y advirtió de que la alternativa no pasa por “dispersar el voto”, ya que esto podría acabar beneficiando “al bloque de izquierdas y nacionalistas” por el reparto de los restos que marca la Ley d’Hont.

Casado lamentó que ya existan “señales de desaceleración” cuando la economía “iba como un tiro” con el anterior Gobierno del PP. Reafirmó su intención de poner en marcha, si llega al Gobierno, una revolución fiscal, una autopista administrativa y desplegar la “alfombra roja” para los emprendedores.

También se comprometió con una política social que apueste por las mujeres y las familias, “por mucho que manipulen con estas ‘fake news’ de lo malo que somos”. En palabras de Casado, la del PP es “política social de la buena, de la que hemos hecho siempre”.

En este punto, pidió acabar “con esta absurda crispación” que a su juicio promueven sus adversarios políticos, que “no hacen propuestas y no quieren debatir”. “¡No están haciendo una campaña en positivo!”, denunció.

Frente a ello, defendió que su proyecto “es muy sencillo”, es el del PP “de siempre” y consiste en que “a la gente le vaya bien” pagando menos impuestos, con más facilidades para montar una empresa, ser padres o madres o escolarizar a los menores “donde quieran”.

Su proyecto, transmitió Casado, es “para tener un país mejor” en este momento “clave” que vive España. “Esta campaña va a ir bien”, transmitió a los suyos. “Vamos a volver a gobernar, lo vamos a hacer para todos y cuanto antes para volver a recuperar el futuro de España”, remachó.