Tras el turno de las defensas, el presidente del tribunal, Manuel Marchena, explicó que, amparado en el artículo 708 párrafo segundo de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, iba a dirigir las preguntas que el tribunal consideraba oportunas para “depurar los hechos”. De este modo, el juez Marchena le preguntó a Trapero qué “preocupación” motiva las reuniones previas al 1-O con la Generalitat.

Así, el tribunal pudo conocer el testimonio de Trapero, sobre el que no había permitido preguntar a la Fiscalía, por estar condicionada por las preguntas de la acusación popular, quien había propuesto la testifical del exmayor de los Mossos.

Ante la pregunta de Marchena, Trapero explicó que los jefes de los Mossos instaron a los miembros del Govern "al cumplimiento de la legalidad" durante la reunión del 26 de septiembre, en la que estaban también el comisario Juan Carlos Molinero, Ferrán López, Carles Puigdemont y el entonces conseller de Interior, Joaquim Forn, pero "no salimos del todo satisfechos". Por eso, Trapero pidió el día 27 una nueva reunión al exconseller Forn, que en la mañana del 28 de septiembre le citó para la tarde.

En ese momento ya se había recibido la orden del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) para que se impidiera la celebración del referéndum. En la reunión del 28 de septiembre los Mossos incorporaron a los comisarios Emilio Quevedo y Manuel Castellví, de modo que en la reunión estaba presente toda la plana mayor de los Mossos. Trapero pidió que a la reunión asistieran el presidente, Carles Puigdemont; el vicepresidente, Oriol Junqueras, y la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, que finalmente no acudió y apuntó que desconoce si se lo comunicaron.

Así, durante la reunión en el Palau de la Generalitat del día 28 de septiembre Trapero trasladó al Govern su “preocupación por el orden público y la seguridad ciudadana, ya que iba a haber dos millones de personas y 15.000 policías” durante la jornada del 1-O. "Iba a haber conflictos graves y les emplazamos al cumplimiento de la legalidad; que no se equivocasen con nosotros, porque íbamos a cumplir la legalidad; que el cuerpo de Mossos no iba a quebrantar la Constitución, que no acompañábamos el proyecto independentista, que estábamos molestos con las declaraciones de algunios responsables políticos, como las de Forn, pero especialmente con las de Turull, y que debían ser conscientes de que estábamos notificados por el TC, por lo que también corríamos riesgos personales”.

Asimismo, añadió, “además de esa exposición general indicamos que en algunas zonas, con algunas colegios, unos 40, podía haber personas o grupos con una actitud diferente de lo que se esperaba en general en la mayor parte de los colegios”.

Tras la intervención de Trapero, Marchena les dio el turno a las defensas, y fue entonces cuando el abogado de Forn, Xavier Melero, preguntó si después de aquella recriminación obtuvieron alguna directiva por parte del Govern de la Generalitat. El exmayor de los Mossos explicó que Puigdemont les dijo: “Hagan el trabajo que tengan que hacer”.