Los empresarios de la noche convocaron este miércoles a los medios de comunicación para presentar un estudio realizado entre 170 salas de fiesta. Su conclusión es que en los últimos dos años han detectado 11 agresiones a chicas entre tocamientos, violaciones o abusos en el interior de las discotecas; casi la mitad de ellos, en los baños.

“Son cifras totalmente residuales”, declaró el adjunto a la Presidencia de la asociación de la Asociación Española de Ocio Nocturno Spain Nightlife, Joaquim Boadas, en la rueda de prensa celebrada en Madrid. Añadió, no obstante, que pese a ser “una cifra baja”, van a “trabajar por conseguir una cifra cero”.

La dimensión del problema reflejada hoy por los empresarios de la noche contrasta con otros informes como el de la Fundación Salud y Comunidad, financiado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, que señala que ocho de cada diez chicas se han sentido acosadas mientras estaban de fiesta.

Asimismo, otro informe del Ministerio del Interior apunta a que sólo en 2017 hubo 11.692 delitos sexuales, de los cuales casi la mitad (46%) se cometieron por la noche y casi el 20% -881 casos, concretamente- en establecimientos, entre ellos bares, garitos, discotecas o restaurantes.

Según el informe de la patronal del ocio nocturno presentado hoy, el acoso sexual en discotecas habría disminuido un 11,84% desde 2017, y achaca esa supuesta bajada de casos a una “mayor concienciación” de los clientes y a las medidas de seguridad adoptadas por sus propios establecimientos.

Asimismo, Boadas precisó que las denuncias son bajas porque las chicas muchas veces “pasan” de denunciar, al tiempo que animó a las víctimas a que hagan saber al personal de la discoteca si son víctimas del algún tipo de acoso. “Somos los más próximos a esa persona que sufre acoso”, señaló la patronal.

Pese a las escasas cifras recabadas por su estudio, el presidente de la patronal, José Luis Benítez, explicó que ya existen iniciativas como las implementadas en Ibiza para que los ‘puertas’ de los garitos estén obligados a hacer partes cada vez que se dé un caso de acoso, así como la idea de Barcelona para avisar al personal de un caso de acoso si se pregunta por “Ángela” en la barra.

Por último, los empresarios propusieron medidas disuasorias como elevar la carga penal para las agresiones sexuales e incrementar las sanciones para los casos de acoso sexual que no estén tipificados como delito, así como implantar medidas de “reeducación” para los acosadores o formar al personal de seguridad.