Esto contrasta con la caída en algo más de 35.000 varones extranjeros empadronados en España durante el mismo período, según los indicadores sociodemográficos Habits Big Data de AIS Group, empresa especialista en la aplicación de inteligencia artificial, publicados este jueves.

Ello equilibra mucho más la diferencia de residentes extranjeros por sexo, pues si en 2015 había casi 90.000 hombres más que mujeres, el saldo de 2018 deja la diferencia en poco más de 13.000.

En los tres últimos años, el número de extranjeros residentes en España apenas creció en 5.000 personas, pasando de cerca de 4.729.000 en 2015 a algo más de 4.734.000 en 2018. Este colectivo representa el 10,1% del total de la población.

Entre 2015 y 2018, el número de extranjeros establecidos en España creció en unas 162.500 personas, pero unos 157.500 abandonaron el país, sobre todo ciudadanos de países de la Unión Europea. De ahí el bajo crecimiento neto.

ORÍGENES

De acuerdo con los indicadores Habits Big Data, la cifra de ciudadanos de la UE residentes en España ha descendido un 8,1%, siendo el único colectivo que se redujo. Aun así, suponen el mayor grupo de extranjeros en España, con un 37,8% del total.

En cambio, el colectivo de europeos extracomunitarios sí subió durante el período, hasta alcanzar las 271.000 personas (25.000 más).

En 2018 apenas había unas 2.700 mujeres más que hombres, mientras que en 2015 se contaban casi 20.000 europeas menos que europeos.

Los europeos, comunitarios y de otros países, representan el 43,5% del total de inmigrantes que viven en España. Tras ellos se sitúan las personas procedentes de Latinoamérica y Caribe, que con 1,1 millones constituyen el 24,5% de los residentes extranjeros. Este colectivo ha aumentado en casi 59.000 personas (un 5,3%), entre ellas más de 43.000 mujeres. La mayoría provienen de países de América del Sur, aunque en estos tres años, han crecido mucho las llegadas de América Central y el Caribe.

Por su parte, la población africana ha crecido un 2,2%, lo que representa cerca de 22.800 personas más, hasta 1.066.000. También en el caso de las personas originarias de África, esta subida ha sido mayor entre las mujeres que entre los hombres (unas 19.000 mujeres frente a 3.800 hombres).

Respecto a la comunidad asiática residente en España, se incrementó en unas 54.500 personas desde 2015, es decir, un 14,2%. En 2018 superaban las 440.000 personas y representaban el 9,3% de los inmigrantes. Igual que ocurre con africanos y americanos, el crecimiento del colectivo asiático también fue mayor entre las mujeres que entre los hombres.

Por último, y a mucha distancia, figuran los ciudadanos originarios de países de Oceanía, que no alcanzan ni el 1% del total de extranjeros residentes en España. Se cuentan apenas 3.300 personas.