Así se manifestó Millo durante su declaración como testigo ante la sala del Tribunal Supremo que juzga a los líderes del independentismo por la convocatoria y celebración del referéndum del 1-O. Preguntado por el fiscal Javier Zaragoza, Millo describió un “clima de conflictividad” en Cataluña a partir de la aprobación de las llamadas 'leyes de desconexión', suspendidas por el Tribunal Constitucional.

Se pretendía crear una "doble ficción de la legalidad en Cataluña", la situación era "kafkiana", aseguró. A partir de entonces, explicó, “se generó una situación de mucha preocupación”, especialmente desde el día 10 de septiembre, apuntó, porque comenzaron las “acciones de hostigamiento, acoso y violencia”. “Decenas, decenas…”, aseguró, ante las preguntas de Zaragoza, “hasta mediados de noviembre, cuando, ya aplicado del 155, se retomó un poco el orden”.

En concreto, resaltó, “llegue a contabilizar más de 100 o 150 acciones en diferentes municipios” que identificó como “acoso a los agentes, a las comitivas judiciales, a los vehículos, a los hoteles donde se hospedaban los agentes…”. “Allí donde había una acción judicial aparecía un grupo de personas para hostigar y amenazar con el objetivo de impedir la actuación”, agregó.

Posteriormente, Millo concretó todas estas acciones en la concentración del 20-S frente a la Consellería de Economía, donde los lemas que allí se coreaban, indicó, como “no saldrán de allí” o “defendamos nuestras instituciones”, mostraban, a su juicio, “la idea clara de que nos están atacando”. Este es el mensaje que se enviaba desde las instituciones y entidades, “el mundo al revés”, manifestó. Todo ello provocó esa situación de “conflictividad social”.

El exdelegado del Gobierno de Cataluña matizó, a preguntas del fiscal, que en las movilizaciones “había mucha gente pacífica, pero no se puede negar que algunos eran violentos”. “Pintar en una pared 'Millo muerte' no sé si es muy pacífico. Amenazar a guardias civiles, señalarles públicamente como personas que atacan a las instituciones catalanes, de pacífico tiene poco". En esta línea también se pronunció sobre los CDR: "No podemos negar que los CDR son violentos. Algunos no lo son, pero violentos hay”.

Además, Zaragoza preguntó a Millo si las movilizaciones eran alentadas y promovidas por las instituciones públicas y las entidades sociales. “Sí, eso es público y notorio”, y de muchas de estas acciones, añadió, “me enteraba antes por Internet y las redes sociales”. “Los comités de defensa del referéndum adquirieron una importancia tremenda en estos actos”, agregó. A su juicio, “la capacidad de movilización era extraordinaria”.