El nombramiento de Forn se produjo después de que el expresident Carles Puigdemont planteara a los miembros de su Gobierno que “no estuvieran dispuestos a llegar hasta el final con todas las consecuencias que era mejor que abandonaran el Ejecutivo".

Efectivamente, en julio de 2017 se produjo una remodelación del Gobierno que “preocupó” al delegado del Gobierno al conocer las dimisiones del entonces conseller de Interior, Jordi Jané, y el director de la Policía, Albert Batlle, que "eran partidarios de cumplir la ley".

"Cuando Forn fue nombrado conseller pedí un encuentro”, relató. “Fue una reunión importante, porque yo le hice tres preguntas y él me las contestó. La primera, cuál era su opinión sobre la relación entre los Mossos y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Me dijo que pensaba que tenía que ser de colaboración, lealtad y respeto”.

La segunda de sus preguntas iba dirigida a saber “su intención en relación a los acuerdos que habíamos tomado en la Junta de Seguridad celebrada hacía pocos días y en la que no había estado él. Me dijo que sí, porque la Junta la presidió Puigdemont”

Finalmente, su respuesta a la tercera pregunta “me dejó estupefacto”. Millo le preguntó su opinión sobre la convocatoria del 1 de octubre, y “él me contestó con una frase: `Ese día nosotros vamos a garantizar que la jornada electoral se desarrolle con total normalidad´. Yo me quedé sorprendido; 'no entiendo de qué jornada electoral me hablas', le dije. Yo le manifesté un punto de desacuerdo porque en mi opinión no iba a haber ninguna jornada electoral y él repitió que garantizaría el desarrollo normal de la jornada".