Nieto ponía así en duda que las cifras de lesionados entre la gente que acudió a los colegios electorales para impedir su cierre facilitadas por las autoridades catalanas se correspondieran con la realidad de lo sucedido. "Nosotros recibimos una información muy genérica que luego nos llegó como pregunta parlamentaria, en la que se hablaba de 850 civiles que recibieron atención médica el 1-O”, dijo.

“Cuando pedimos ampliación de la información”, continuó, “vimos que había personas que acudieron con crisis nerviosas al ver la actuación policial por televisión; otros con erosiones al ser removidos, quitados, de la entrada de los colegios. Y tuvimos conocimiento de que había cuatro personas que requirieron una atención no puntual: una con un infarto, otra que recibió un impacto de una bola de goma (que le hizo perder un ojo) y dos más con fracturas de extremidades”.

Señaló, además, que "en ningún momento recibimos información detallada de la Generalitat” sobre las personas atendidas, y “lo supimos mucho después tras la aplicación del 155", aseguró el exsecretario de Estado.

Según explicó Nieto, durante la jornada del referéndum también “hubo agresiones a policías y guardias civiles. Un número importante de agentes recibieron golpes, les tiraron vallas, bancos, adoquines...", que ocasionaron lesiones a un número de agentes que Nieto no pudo determinar.

El 1 de octubre, explicó, "lo que se encontraron los agentes fue un número de personas muy importante concentradas, no eran personas que fueran a votar sino concentradas en ese espacio con un objetivo añadido, impedir que la Policía y la Guardia Civil pudiesen hacer su trabajo. El único objetivo de los agentes era entrar en los colegios, identificar a los miembros de las mesas y requisar el material. Donde se les impidió es donde se produjo algún tipo de incidente; en algún caso leve y en otros, más grave".

Nieto afirmó que al día siguiente, 2 de octubre, visitó a algunos de los policías lesionados durante la jornada anterior en el barco que les sirvió de alojamiento y que estaba atracado en el puerto de Barcelona. "Pude hablar con algunos. Tenían contusiones muy serias", pese a lo cual no pidieron la baja haciendo gala de “responsabilidad”.