En este encuentro informativo con Servimedia, la también alcaldesa de Logroño pidió “poner sentido común a las cosas” a pesar de que haya días de la campaña electoral que coincidan con la Semana Santa, que tiene “muchísima incidencia en muchísimos municipios españoles”.

“No me cabe duda de que la Semana Santa va a estar marcada por la Semana Santa”, sentenció Gamarra, al tiempo que aviso de que “el que no le ponga sentido común se encontrará con que le dan la espalda” los propios ciudadanos llamados a votar el 28-A.

En lo que a Logroño respecta, remarcó que ese “sentido común” imperará “absolutamente” porque no concibe estar organizando mítines electorales el Jueves Santo o el Domingo de Resurrección, pero “sí participando en las procesiones” de su tierra como “siempre”.

Incluso, llegó a catalogar de “excentricidad” que aparezcan imágenes electorales al lado de las de la Semana Santa. “Yo no las veo”, sentenció, antes de remarcar que “el que no ha aparecido nunca y aparece ahora [en procesiones] chirriará un poco”.

Además, negó preocupación por las encuestas que recogen una abrupta caída del PP y se remitió a que las que los ‘trackings’ internos que maneja Génova son “diferentes”. No obstante, en este “contexto diferente” con una fuerte fragmentación del voto, defendió que lo que hace falta es “un centro-derecha fuerte”.

Así, avisó de que la división del voto de “la España moderada” puede derivar en que el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, revalide su mandato con alianzas con “compañeros de viaje tan poco aconsejables para el bien de España”.

Pidió, por tanto, una “reflexión más profunda” a los españoles, habida cuenta de que en algunas provincias –las que reparten menos de 3 escaños− no alcanzar un 18% de los votos implica quedarse sin escaño. “Son unas elecciones que los españoles debemos asumir desde la máxima responsabilidad”, advirtió.

Por último, valoró que el votante de Vox es “muy transversal” y se dirigió a los simpatizantes del PP que “pueden estar replanteándose cambiar” del “efecto perverso” que puede tener su decisión precisamente por el reparto de los restos en las circunscripciones en las que la formación de Santiago Abascal pueda quedarse a las puertas de lograr representación y, al no conseguirlo, lllevaría a beneficiar sin quererlo al bloque de izquierdas.