Dentro de esa lógica, para Domènech “el 1 de octubre fue un acto de autoafirmación colectiva como no había visto nunca". El exdirigente de Podemos en Cataluña señaló como "un síntoma de fracaso democrático” que haya “una acusación (en este juicio) que la forma un partido incapaz de condenar el franquismo", en referencia a Vox.

Sobre la jornada del 20-S, el testigo dijo que “ese día aciago para todos, en el que se produjeron 17 detenciones, hubo un intento de llegar a la sede de la CUP sin orden judicial (...) 400 cargos públicos con investigaciones judiciales abiertas veníamos de una larga historia de ruptura de la Constitución territorial... Ese día yo llamé, como mínimo, a que protestáramos por esos hechos".

Domènech reconocía así la autoría de varios tuits llamando a la movilización. Ese día, Domènech estaba en Madrid, pero a la concentración, dijo, acudió su mujer con su hijo de cuatro años, lo que demuestra que esa manifestación no tenía un carácter violento. Domènech saludó a los nueve procesados antes de abandonar la sala.

A continuación, el tribunal llamó a declarar al número dos de la exconsellera Dolors Bassa, Josep Ginesta, que está a su vez siendo investigado por el Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona por su participación en la organización del 1-O. Por este motivo el tribunal le eximió de decir verdad y de contestar las preguntas que considere que le pueden perjudicar. Por consejo de su abogado, decidió no declarar.

Siguió el turno de Adrià Comella, que trabajó en la Consellería de Justicia a las órdenes de Carles Mundó. Igualmente, está imputado en otro procedimiento relacionado con el `procés´, por lo que también se acogió a su derecho a no declarar.