El escrito mantiene su narración original de qué ocurrió y falló, así como las recomendaciones para evitar una repetición de los problemas, pese al interés de la mayoría de grupos políticos de agregar versiones o solicitar medidas particulares.

El documento, apoyado por todo el arco parlamentario con la excepción de Ciudadanos en su validación en el Pleno, urge a tomar medidas como la creación de una autoridad macroprudencial, mejorar la protección del consumidor financiero o "reforzar la independencia" de los reguladores y supervisores.

Hay que evitar la "tentación de proceder a su captura", demandó la presidenta de la comisión, Ana Oramas, durante la presentación y defensa del dictamen.

La diputada de Coalición Canaria afeó a Ciudadanos su oposición cuando dijo que ha sido una investigación "seria, rigurosa y creíble", resultado de más de 114 horas de trabajo y audiencia de 81 expertos de todos los ámbitos en 48 sesiones maratonianas, además de haber analizado "ingentes" volumenes de información accional aportados en 18.500 archivos con informes y datos.

Oramas defendió que en la crisis "no hay un solo ganador" y los ciudadanos son "los claros perdedores", pero como también se ha menoscabado el prestigio de instituciones como organismos como el Banco de España o la CNMV, las entidades financieras han incurrido en una "grave crisis de reputación" y la crisis dejó además de manifiesto "la debilidad" de la arquitectura institucional con la que se dotó la Unión Europea (UE).

Asimismo, reprochó "el mal entramado legal" que existía, en el "que confiábamos cuando creíamos que era un camino de vino de rosas".

Para evitar una reproducción de los problemas apeló en este sentido a promover un cambio en los "parámetros" de actuación de las entidades financieras, alejándolos de la "voluntad de maximizar los resultados frente a cualquier otra perspectiva", y mejorar las instituciones públicas. "Ni reguladores ni supervisor estuvieron a la altura", reprochó.

A su juicio, el problema y las soluciones deben articularse no solo a escala doméstica, ya que el esquema europeo se ha demostrado "imperfecto" y "enormemente dañino" a la hora de dar respuestas, en alusión velada a la actuación de resolución en el caso del Popular.

"Es evidente que la Unión Europea debe completar y perfeccionar su estructura financiera" si quiere evitar una reproducción de los problemas "no solo por lógica financiera", sino también para "reforzar el orgullo europeo".