La directora regional de Inserta Empleo en Asturias, Beatriz Ávila, que dio la bienvenida a las participantes, expuso su experiencia como ejemplo de lo que consigue la combinación del esfuerzo personal con la experiencia de la Fundación ONCE. “Gracias a Inserta Empleo he podido pasar de ser una arquitecta con discapacidad a ser la directora de este programa”, dijo.

El proceso formativo, que esta semana da sus primeros pasos, se prolongará a lo largo de seis meses y combinará las acciones individuales diseñadas específicamente y de forma personalizada para aprovechar al máximo el potencial de cada una de las 13 alumnas, con las actividades de grupo, concebidas para mejorar la interacción con otras personas y las habilidades sociales.

“El objetivo no es tanto que puedan conseguir un empleo el día que acaben la formación, aunque, desde luego, eso también es muy importante, como empoderarlas y fomentar en ellas una actitud proactiva trabajando en las condiciones particulares de cada una”, explicó Ávila.

Inserta Empleo tiene “muchas y muy buenas expectativas para 2019” después del “éxito de contratación” de la primera edición, que se situó “muy por encima de los indicadores que nos habíamos planteado, que era un 30% a los seis meses de finalización”, reconoció.

El plan de estudios para esta nueva edición incluye dos novedades con respecto al año pasado. Por una parte, de manera transversal, toda la formación tiene en cuenta el impacto del mundo digital en el proceso de búsqueda de empleo. “Tenemos en cuenta qué aplicaciones y qué herramientas debemos saber gestionar todas porque así lo demanda el mercado”, indicó la directora regional de Inserta Empleo.

En segundo lugar, la entidad de Fundación ONCE se ha fijado el objetivo de que el proyecto sea inclusivo y por esta razón el programa incluye encuentros abiertos a la participación de otras mujeres, no todas con discapacidad, que también buscan empleo.

El proyecto contempla, además, una “cata de empleo” que consiste en varias estancias de corta duración en las empresas asociadas para que las alumnas se familiaricen con su trabajo.

La fase final abre la puerta a la colaboración de mentoras, una red integrada por directivas y responsables de los departamentos de recursos humanos de empresas bien acreditadas en Asturias. “Esto no sería posible sin su participación y les estamos muy agradecidas”, señaló Ávila, para, a continuación, precisar que las participantes “esperan este momento con impaciencia, ya que conseguirán herramientas y contactos personales para su incorporación al mundo laboral”.

Entre las alumnas de esta segunda edición hay un abanico amplio de perfiles que abarca desde una titulada en Ciencias Políticas hasta mujeres con poca formación reglada pero amplia experiencia laboral.

Todas ellas tienen un ejemplo a seguir en Pilar Dionisio, ingeniera técnica industrial que participó en el programa de 2018 y gracias a ello ahora trabaja en el departamento de Calidad del Grupo Daorje, una de las principales empresas del sector de metal en Asturias. Dionisio valora esta iniciativa como una “experiencia estupenda”, ya que, a su juicio, el programa “aporta a nivel laboral y a nivel personal”.

“Gracias a la cata de empresas vieron que tenía el talento y las habilidades que buscaban y, a través de la Universidad de Oviedo, me ofrecieron una beca en Daorje”, relató Dionisio, que tiene una titulación pero no sabía cómo “enfocar” su carrera.

“Las mentoras ayudan mucho, te llaman, se preocupan por ti y saben cómo vas. Además, las mujeres del grupo del año pasado desarrollamos una relación increíble. Nos apoyamos muchísimo entre nosotras”, admitió, al tiempo que subrayó que ser mujer “siempre es complicado en el ámbito industrial y se agradece esa fuerza y todos los ejemplos que da el Enfoca”.

La formación se impartirá en el Centro de Empleo Europa, del Ayuntamiento de Avilés, institución que, gracias a Fundación ONCE, ha desarrollado un proyecto que, según su concejal de Hacienda, Igualdad y Juventud, Raquel Ruiz, “ya ha demostrado que es un éxito y ayuda a las mujeres a conocerse a sí mismas, a desarrollar todas sus potencialidades y a lograr un fortalecimiento personal”.

Ruiz recordó la pervivencia de las barreras para el acceso al empleo de la mujer, que se multiplican en el caso de quienes tienen algún tipo de discapacidad. “La brecha salarial alcanza el 23% y cerrarla no es una tarea únicamente de las instituciones, sino de toda la sociedad”, advirtió.

La presencia de Inserta en este proyecto forma parte de las acciones que está realizando en el marco de los programas operativos de Inclusión Social y de la Economía Social (Poises) y de Empleo Juvenil (POEJ), que está desarrollando Fundación ONCE a través de Inserta, con la cofinanciación del Fondo Social Europeo y la Iniciativa de Empleo Juvenil, para incrementar la formación y el empleo de las personas con discapacidad.