Juicio del 'procés'
Cuixart: “El Estado de Derecho no está por encima de la democracia”
- El presidente de Òmnium compara las movilizaciones del 20-S con las protestas de Tiananmen
- Afirma que entre Cataluña y España hay “un contencioso” que no puede “arreglar” la Justicia
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El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, defendió hoy en la séptima jornada del juicio del `procés´ que "el Estado de Derecho no está por encima de la democracia", contradiciendo así, dijo, lo expresasdo por el rey Felipe VI la pasada semana cuando aseguró que "no es admisible apelar a una supuesta democracia por encima del Derecho".
El fiscal Jaime Moreno interrogó a Cuixart sobre un tuit que hizo público a las 8.28 horas del 20 de septiembre de 2017 en el que apuntaba que el Estado "llegará hasta donde le dejemos".
El acusado explicó que esa admonoción la hizo consciente de que "el dictador (Franco) se murió en la cama" y de que la democracia la consiguió la sociedad española con movilizaciones y manifestaciones, por lo que insistió en que en Cataluña existe el convencimiento de que “vivir en democracia está en manos de la ciudadanía". Por eso, afirmó que "el Estado de Derecho no está por encima de la democracia, porque el franquismo también era un Estado de Derecho".
En su reivindicación de las protestas como mecanismo para garantizar la democracia, Cuixart llegó a comparar las protestas del 20-S con lo sucedido en la plaza de Tiananmen de Pekín en el año 1989, donde se produjo una protesta multitudinaria de disidentes del régimen. Recordó que algunas personas que participaron en las concentraciones del 20 de septiembre se sentaron "delante de coches de la Guardia Civil" para "mostrar la disconformidad" con los registros judiciales. Y esa imagen "me recuerda al señor de la plaza de Tiananmen, aunque con menor intensidad".
En defensa del derecho de los ciudadanos a resistirse a las decisiones judiciales que les parecen injustas, también recordó las concentraciones de la pasada semana frente a un edificio del barrio de Lavapiés de Madrid para impedir varios desahucios en la calle Argumosa.
En todo caso, puso especial cuidado en negar el carácter violento del `procés´ y defendió a la “pacífica” sociedad catalana recordando, eso sí, que “cuando estaba vivo el dictador nos defendíamos de la misma manera”.
En relación a los daños que sufrieron varios vehículos de la Guardia Civil en las protestas frente a la Consellería de Economía, Cuixart reconoció que se produjeron desmanes y lamentó los daños producidos a una propiedad pública, e insistió en que a él le molesta “mucho” que “se rompan las cosas”. Pese a ello, considera que los destrozos fueron fruto de un incidente aislado que no le obligaba a plantearse la desconvocatoria anticipada de la manifestación.
"Me molesta que se rompa algo. No me satisface ver daños. Dicho esto, vi unos coches dañados y lo lamenté públicamente. Pero se utilizó aquello, que era un hecho menor. Fue una ruptura de la disciplina no violenta que ha caracterizado el soberanismo. Pero por más que hablemos de ello no van a ser más o menos coches", sentenció.
El fiscal llegó a preguntar a Cuixart por su afirmación, altavoz en mano y subido a uno de los vehículos de la Guardia Civil, de que se desconvocaba la manifestación al filo de la media noche desde este "altar majestuoso", en referencia al coche, a lo que Cuixart declinó responder.
CUESTIÓN DE DIÁLOGO
El presidente de Òmnium Cultural volvió en varias ocasiones al argumento político para justificar sus actos durante el `procés´ afirmando que “un contencioso político no se puede tratar de arreglar por la vía de la justicia”, y anunció que “con nuestra actitud pacífica y serena vamos a mostrar nuestra disconformidad con esta actuación judicial". A su entender, “lo que pasa entre Cataluña y el resto del Estado es una cuestión de diálogo".
En una de las pocas referencias que se ha hecho hasta el momento al referéndum declarado ilegal por el Tribunal Constitucional, Cuixart dijo que "el 1-O fue un ejercicio de dignidad" y por ello “no renunciaremos al ejercicio de los derechos fundamentales. El derecho a la huelga se gana haciendo huelga, y en Cataluña el derecho a voto, votando. Lo que hicimos el 1 de octubre fue un ejercicio de dignidad colectiva".
A la pregunta de si "preveían actitudes violentas" en la manifestación del 20 de septiembre, Cuixart reprochó al fiscal “falta de respeto hacia mi persona”, porque en sus tuits pedía expresamente que se aislara cualquier actitud violenta. A su entender, en esa jornada es el Estado el que “cambia la forma de dirigirse a las instituciones catalanas. Había una voluntad provocativa del Estado que buscaba una respuesta violenta”, frente a la que “tenemos una actitud serena y organizada. No hubo violencia el 20 de septiembre".
Según declaró en el juicio, la comisión judicial que fue a registrar la Consellería de Economía terminó sobre las 23.00 horas “y pudo desarrollar su trabajo en plena normalidad” y negó que la secretaria judicial o los guardias civiles "no pudieran salir a comer", porque el pasillo de voluntarios organizado por la ANC garantizaba esa libertad deambulatoria. "Los que quisieron salir lo pudieron hacer”, aunque “sí es verdad que había mucha gente", dijo.
Afirmó que la letrada de justicia “no quiso utilizar el pasillo y decidió saltar un muro pequeño porque no quería salir por el pasillo. La inmensa mayoría de los servidores públicos son gente muy loable. En mi boca nadie va a poner la presunción de que nadie va a ejercer la función pública bajo criterios de capricho. [...] Lo que decidiera no lo voy a cuestionar. Decidió esto, pues perfecto. Me hubiera gustado que saliera por el pasillo en este escenario de normalidad, pero ella no quiso”, concluyó.
(SERVIMEDIA)
26 Feb 2019
SGR/ICG/caa/pai/gja