Según su abogado, Pau Molins, los delitos que se le atribuyen no son delito ni en Brasil ni en Andorra, donde supuestamente de produjeron. En este juicio también está acusado su supuesto testaferro, Joan Besolí, que lleva el mismo tiempo en prisión.

Rosell siempre ha sostenido que es inocente y que todas sus gestiones son legales dentro del mercado de “derechos audiovisuales y de fútbol”. Además, su defensa cree que la Fiscalía aprovechó una comisión rogatoria internacional proveniente de Estados Unidos para iniciar una investigación de oficio sobre unas gestiones realizadas 12 años antes.

Molins recuerda que la propia Confederación Brasileña de Fútbol ha asegurado que no se vio perjudicada por la actuación de Sandro Rosell y de hecho asegura en un informe que la intermediación de Sandro Rosell “supuso unas condiciones más favorables a los intereses de la Confederación y no consta que produjera ningún perjuicio puesto que el importe pagado por los partidos amistosos de la selección brasileña aumentó sensiblemente”.

En este juicio se sientan también en el banquillo la esposa de Rosell, Marta Pineda; el gestor andorrano Joan Besolí; el ciudadano libanés Shahe Ohanneissian; el cuñado de Besolí Pedro Andrés Ramos, y el amigo del expresidente del Barça Josep Colomer. En esta primera jornada se han expuesto las cuestiones previas por las partes.

El letrado ha pedido la libertad de Rosell y Besolí para que puedan afrontar el juicio con mayores garantías y ofreció como fianza un patrimonio de 30 millones de euros. A su entender, está en riesgo la presunción de inocencia y sacó a relucir que personas ya condenadas como los miembros de `La Manada´ permanece en libertad.

Rosell está acusado de liderar una organización criminal que pudo haber blanqueado cerca de 20 millones de euros del que fue presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) entre 1989 y 2012, Ricardo Terra Teixeira, por estos hecho la Fiscalía pide para él 11 años de prisión.

En el trámite de cuestiones previas, el abogado de Rosell ha renunciado a la comparecencia de Ricardo Teixeira, la persona sobre la que pivota la acusación porque tiene problemas de salud importantes que le impedirán declarar ni siquiera por videoconferencia.

El juicio se ha iniciado con 45 minutos de retraso y a los pocos minutos se ha tenido que suspender por un problema técnico que impedía escuchar las intervenciones a través de los micrófonos de la sala, por lo que se ha tenido de acordar un receso. Para sacar de la sala a los acusados, la Policía los ha esposado.

Según la Fiscalía, Rosell habría orrganizado una trama que actuó entre 2006 y 2011, período en que era presidente del Barça, para blanquear capitales “a gran escala” en la que “se valió de denominaciones sociales meramente instrumentales, sin infraestructura y radicadas en paraísos fiscales y territorios offshore”.

En esa tarea se habría servido como testaferro de Joan Besolí, para el que pide 10 años de cárcel, mientras que para el resto de acusados a los que considera cooperadores solicita penas de entre seis y ocho años de prisión.

La principal acusación se refiere a su colaboración con el que fuera presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ricardo Teixeira, gracias al que supuestamente se habría embolsado 20 millones de euros como supuestas comisiones ilegales por los derechos de retransmisión de los partidos amistosos de la selección brasileña, de 14,97 millones, y un contrato de patrocinio con la marca Nike de otros cinco millones.