"Apenas se han producido procesos de integración en Europa", advirtió durante su intervención en unas jornadas organizadas por PriceWaterhouseCoopers (PwC) para presentar su informe anual sobre la Unión Bancaria y el reto de la digitalización.

Cos citó entre ellas las "especifidades nacionales" regulatorias que se incorporan en ocasiones al trasponer directivas comunitarias, el propio hecho de que la regulación "no reconoce" los beneficios de la diversificación que facilitaría la actividad en un mercado europeo y que en "muchos países europeos" persisten amplios segmentos del mercado bancario "que se encuentran al abrigo de la competencia".

UNIÓN BANCARIA

En su opinión, una de las cuestiones que debería priorizar la Unión Europea es precisamente acabar de construir la Unión Bancaria, donde ya se ha puesto en marcha el brazo supervisor, está muy avanzado el mecanismo de resolución, pero continúa atascado el fondo de garantía común ante la resistencia de algunos países a construirlo.

Cos hizo suyo en este punto un informe del Banco Central Europeo (BCE) para refutar el temor de algunos países, como Alemania, que frenan la creación de dicho vehículo por miedo a acabar pagando los depósitos de ahorradores clientes de bancos que entren en crisis de otros países.

Según indicó, el estudio concluye que si la banca construye una hucha por una cuantía equivalente al 0,8% de sus activos y en función de su perfil de riesgo, dichos fondos garantizados "podrían ser suficientes para afrontar una crisis severa" como la vivida entre 2007 y 2010, "de las más severas de las vividas en el último siglo", y se podría garantizar que no se produjera transferencias netas entre países.

Frente al miedo que tienen dichos países, dijo que la "evidencia empírica" efectuada con dicho estudio demuestra "que esto no es cierto". Cos advirtió al respecto que de poco sirve que haya un sistema supervisor y de resolución común, si cuando hay un problema no hay un fondo de depósitos europeo.

"Políticamente no tiene ningún viso de funcionar en el terreno práctico", alertó, en alusición a la dificultad para construir un verdadero mercado bancario europeo si no acaba de construirse dicho vehículo de garantía que permita mutualizar los riesgos.

Los países que se resisten a empujar dicho fondo exigen que la banca reduzca primero sus activos dañados para garantizar que se incurre en menor riesgo. En este punto, Cos refirió que, aunque hay heterogeneidad, la banca en su conjunto ha reducido el peso de los activos fallidos al 4% del total financiado, "significativamente más reducido" que el ratio existente en 2012, y que ha subido al 18,75% el ratio de solvencia.

COORDINACIÓN ENTRE REGULADORES

Durante su intervención Cos se refirió también al desafío de la digitalización y pidió mayor coordinación entre los reguladores bancarios y de otros ámbitos, como los tecnológicos, porque lo que está en cuestión son aspectos como el uso y seguridad de los datos o el riesgo cibernético.

Defendió que la innovación es una oportunidad para la banca porque ayudará a mejorar su eficiencia, pero también beneficiará al cliente pudiendo llegar a más servicios con más acceso y pudiendo, incluso, ayudar a la inclusión financiera.

"Para el regulador es fundamental mantener el terreno de juego equilibrado", demandó por otro lado, apoyando la reivindicación de la banca de que "a iguales riesgos" las actividades deben estar "sometidos a iguales requerimientos".

Por otra parte, defendió la puesta en marcha del 'Sandbox' o laboratorio de pruebas que hoy aprobará el Consejo de Ministros para ayudar a la experimentación y testar modelos de negocio y nuevos servicios.