Así lo afirmaron en un comunicado conjunto los prelados que forman parte de la Conferencia Episcopal Tarraconense, que aglutina a la decena de diócesis catalanas, tras las recientes informaciones sobre casos de abusos en Cataluña en el seno de la Iglesia católica.

En el texto, los obispos expresan “el compromiso de adoptar rigurosas medidas de prevención, que impidan su repetición, a partir de la formación de aquellos a quienes les serán confiadas misiones de responsabilidad y educativas”.

Los miembros de la Conferencia Episcopal Tarraconense reiteran su “firme compromiso con el cumplimiento de la legislación vigente, canónica y civil”, y explican que pasa por: “Poner en conocimiento del Ministerio Fiscal los hechos acaecidos que pudieran constituir delito contra la libertad e indemnidad sexual, para la valoración jurídica que corresponda; instar a las víctimas a que denuncien los hechos ante las autoridades civiles; e informar a la Congregación para la Doctrina de la Fe de cualquier caso de abuso fundamentado”.

La nota muestra la “vergüenza” y el “dolor” de los obispos tras las últimas noticias sobre abusos en Cataluña, porque “algunos de los agresores eran personas consagradas o sacerdotes”. “Los abusos a menores, que condenamos rotundamente, y la cultura que los fomenta o justifica, son un grave problema que afecta a toda la sociedad. Y la Iglesia, como parte de la sociedad, también se ve afectada”, añaden, pidiendo “perdón” a las víctimas y solidarizándose con su dolor.

El texto invita a todas las diócesis catalanas a dedicar oraciones y un ayuno “especial” por las víctimas de abusos el próximo miércoles de ceniza, el 6 de marzo, para iniciar la Cuaresma.