La formación naranja ha levantado espinas con su propuesta de convertir lo que en sus inicios fue una protesta por los derechos LGTB en una fiesta turística, ya que, como argumentaron la Federación Estatal de Gais, Lesbianas Transexuales y Bisexuales y el resto de entidades, “desvirtúa lo que es el Orgullo y no abarca todas las particularidades del evento”.

Aunque reconocieron que es preciso buscar fórmulas para proteger el Orgullo LGTB, matizaron que declararlo “fiesta de interés turístico” haría perder su esencia reivindicativa, por lo que pidieron que no se presenten “propuestas unilaterales” y se apueste por “un trabajo conjunto entre los partidos y las entidades organizadoras”.

Lejos de ser una fiesta -y mucho menos turística-, la primera manifestación del Orgullo LGTB en Madrid, organizada por el Frente de Liberación Homosexual de Castilla el 25 de junio de 1978, reunió a 7.000 manifestantes que coreaban consignas contra la Ley de Peligrosidad Social, que podía llevar a prisión a homosexuales y drogadictos.

El permiso del Gobierno Civil de Madrid sitúa como responsables de la marcha –y sus firmas así lo atestiguan- a Ramón Linaza, el actor Carlos Patiño ‘Absurdino’ (con el que Linaza se acabaría casando) y Alonso Puerta, que años más tarde sería teniente de alcalde de Madrid con Enrique Tierno Galván en el Ayuntamiento.

La primera vez que el Orgullo LGTB dejó de ser sólo una manifestación para pasar a ser también un evento festivo -definido por algunos activistas como la ‘manifiesta’- fue en 1997, cuando unas pocas carrozas participaron por primera vez en la protesta.

A la manifestación política y reivindicativa se le suma ahora el componente lúdico, social y festivo gracias a la participación de multitud de personas, colectivos, asociaciones y empresarios. Actualmente, el Orgullo abarca mucho más allá de la manifestación, pero siempre en un tono reivindicativo con eventos en el barrio de Chueca.