Así lo refleja un informe difundido este jueves por la consultora Oliver Wyman, titulado “5G: la necesidad de los operadores de planificar una revolución evolutiva”. Augusto Baena, responsable de Communications Media and Technology, indicó que "el 5G va a ir más allá de mejorar la velocidad de los terminales actuales, posibilitando nuevos servicios como la interconexión eficiente de millones de dispositivos (Internet de las Cosas), las redes de alta fiabilidad y baja latencia para la realidad aumentada, o el vehículo autónomo”. Estas capacidades, flexibilidad y variedad prometen ser una fuente de mayores ingresos.

Pero la dificultad para los operadores radica en que no todos los requisitos más exigentes, como una baja latencia y alto rendimiento, se necesitarán al mismo tiempo, y no hay una única tecnología que los pueda satisfacer en cada caso.

Esto significa que se deberá optimizar la inversión. Así, habrá que tenerse en cuenta el equilibrio entre ancho de banda pico, baja latencia y cobertura, para llegar a una inversión total sostenible.

Según Baena, “el 5G posibilitará nuevos casos de uso cuyo modelo de negocio no está aún aprobado, lo que obligará a los operadores a planificar la red con una alta incertidumbre sobre cuáles de los nuevos servicios desplegar, así como dónde hacerlo”.

Adicionalmente, no todos los servicios 5G serán completamente nuevos. Muchos serán aplicaciones mejoradas de los servicios actuales y, por lo tanto, los operadores deben asegurarse de que los servicios existentes migren sin problemas hacia servicios de capacidad mejorada.

El informe advierte de que el tiempo es esencial. “Esperar a ver” no es una opción, ya que los elementos clave de la futura plataforma han de evaluarse, definirse y decidirse ahora. “De lo contrario, los operadores podrían perderse el potencial de opciones futuras”, concluyen los autores.