Abusos
Profesionales que atienden a víctimas de abusos piden a la Iglesia “decisiones irreversibles” para reparar el daño
- La Asociación Betania propone un acompañamiento “integral” a las víctimas de abusos similar al que deberían tener las de la violencia machista
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La Asociación para la Acogida y el Acompañamiento Betania, integrada por 17 profesionales independientes que trabajan con víctimas de abusos en la Iglesia, pide que “se deje de ser declarativos” para que se tomen “decisiones irreversibles, consolidadas y que se mantengan en el tiempo, con garantías y seguridades” para las personas abusadas.
Así lo aseguró a Servimedia la presidenta de esta nueva entidad, María Teresa Compte. Desde que la asociación se hizo pública el 1 de febrero, añadió, recibe correos y llamadas de víctimas de abusos por parte de sacerdotes o familiares “a diario”.
“Se están dando pasos, pero se tendría que hacer más”, pidió. “Hay veces que habría que hacer públicas posturas con puntos muy claros”, pues “muchas veces no son decisiones consolidadas”. “Hay un marco de incertidumbre que no ayuda a las víctimas y no favorece a los implicados. Es una incertidumbre perniciosa”, añadió en referencia al silencio y revictimización que se produce en las diócesis españolas.
Por eso, la asociación nace con el objetivo de “escuchar, acoger y acompañar” a las víctimas. “Escuchar, escuchar y escuchar”, recalcó Compte. Pero también “este tema exigiría una mesa de diálogo”, formada por representantes de ámbitos distintos, respetando la independencia de las partes y que todos los actores conocieran “la naturaleza del daño, la dimensión del trauma”. “Para eso hay que haber escuchado”, sentenció.
“Ya es hora. Ya se agotó el tiempo. Y la paciencia”, indicó, parafraseando al cardenal Sean O’Malley, arzobispo de Boston y presidente de la Comisión del Vaticano para la protección de Menores, pues no vale “el poco a poco” para la gente que ha sufrido esta lacra.
Betania trabajará, según sus impulsores, desde el acompañamiento terapéutico hasta un primer asesoramiento legal sobre cómo ejercer sus derechos ante la justicia civil y canónica. También ofrece apoyo de tipo espiritual y persigue la restauración y sanación del daño provocado por los abusos en el seno de la Iglesia.
DERECHO A LA RECUPERACIÓN
“Existe un daño que se ha causado y la reparación es fundamental: las víctimas necesitan que el sufrimiento y el trauma que han vivido pueda ser reparado y restaurado”, agregó, subrayando que aunque muchos casos “tienen que ver con el pasado, las víctimas están vivas” y “tienen derecho a la reparación y la recuperación”.
De hecho, añadió a Servimedia la presidenta de Betania, hay víctimas que no pueden denunciar porque el delito ha prescrito, el abusador ha fallecido o las propias víctimas “no quieren hacerlo”. “Pero hay otras vías internas, de carácter restaurativo”, indicó.
Así, uno de los objetivos de la nueva asociación buscará poner en contacto a la víctima con la institución a la que pertenece el abusador, a través de un proceso “muy bien hecho”, “orientado a reparar”, confidencial, “garantizando absolutamente los derechos de quienes participan”, medido y profesionalizado, con voluntad de entendimiento mutuo y siguiendo “estándares existentes y reconocidos internacionalmente” en el que quepan “la asunción institucional de responsabilidad”, “la petición formal de perdón” y “el reconocimiento” de lo que ha sucedido.
Esa restauración del daño “nunca es una alternativa”, pues Compte defiende que “hay que entregar a los criminales a la Justicia y cumplir la ley”. “Pero hay casos, en los que la Iglesia y la ciudadanía tienen que tomar conciencia de ello, que no quieren ir a un tribunal, son delitos prescritos o el agresor ha muerto. ¿Esa persona se tiene que limitar a llorar?”, cuestionó.
Esta experta también matizó que cada caso hay que entenderlo en su particularidad y que aunque se está hablando de un delito “grave” y se mide la respuesta “en términos de persecución a quien lo ha cometido”. “Con la sentencia no acaba todo”, añadió, pidiendo que “se tome conciencia de la importancia y protagonismo de la persona victimizada”.
VIOLENCIA MACHISTA
En este punto esta experta equiparó algunas de las necesidades que presentan las víctimas de abusos con las que tienen las mujeres maltratadas. “¿Quién sigue escuchando a la mujer maltratada tras la sentencia?", cuestionó, subrayando la importancia de denunciar, pero, más allá, de que la mujer tenga un acompañamiento y se sienta “segura para tomar una decisión”. “Nadie dice que no haya que denunciar, pero es insuficiente”, recalcó.
Por su experiencia, Compte también indicó que la mayoría de las víctimas de abusos en la Iglesia “no quieren venganza ni dinero, aunque hace falta dinero para hacer frente al proceso de recuperación”. “Las terapias son muy caras”, porque estos procesos implican a profesionales “y hay que pagarles”.
Aunque la nueva asociación no persigue lucro, sí pide a las víctimas que contribuyan a sufragar los servicios profesionales, aunque, según su presidenta, “nadie se va a quedar sin acompañamiento por falta de recursos”, por lo que Betania buscará financiación a través de socios y donaciones.
(SERVIMEDIA)
09 Feb 2019
AHP/caa