La 'low cost' señaló en un comunicado que las cifras del ejercicio "se vieron fuertemente afectadas por los problemas de los motores, las pérdidas en coberturas de combustible y la dura competencia en un período de fuerte crecimiento". Los costes unitarios de la compañía, excluyendo el combustible, disminuyeron un 12 por ciento durante el mismo período.

Los ingresos totales de la compañía se elevaron hasta los 4.128 millones de euros, lo que significa un aumento del 30 por ciento en comparación con 2017.

Un total de 25 aviones nuevos fueron añadidos a la flota, lo que contribuyó a un crecimiento de la producción del 37 por ciento. La ocupación media fue del 85,8 por ciento, y más de 37 millones de pasajeros optaron por viajar con Norwegian, un aumento de 13 por ciento en comparación con el año anterior.

La compañía explica que la prioridad clave en el futuro es "volver a la rentabilidad a través de una serie de medidas, que incluyen un extenso programa de reducción de costes, una cartera optimizada de rutas, y la venta de aviones".

La aerolínea recuerda que está fortaleciendo su balance a través de una emisión de derechos de suscripción de 309,60 millones de euros para así robustecer su posición financiera.

El consejero delegado, Bjørn Kjos, indicó que "a partir de 2019 entraremos en un período de crecimiento más lento y con menos inversiones, mientras buscamos constantemente formas nuevas e inteligentes de mejorar nuestra eficiencia y ofrecer nuevos productos y servicios para atraer a nuevos clientes”.