El Frob pagará otros 55 millones a CaixaBank este año por Banco de Valencia

MADRID
SERVIMEDIA

Caixabank percibirá este año otros 55 millones de euros por quebrantos en el Banco de Valencia del Fondo de Reestructuración (Frob) de la partida de 500 millones a los que estimó que subirá la factura total.

Así lo anticipó hoy el presidente del Frob, Jaime Ponce, durante su intervención en la Comisión de Presupuestos del Congreso. Se trata del Esquema de Protección de Activos o EPA concedido a Caixabank cuando se adjudicó Banco de Valencia para protegerse sobre eventuales deterioros en una cartera de activos valorada en unos 1.300 millones.

La operación tuvo lugar en 2012 y Caixabank no giró el primer cargo hasta el ejercicio 2017, cuando reclamó 37 millones al organismo, que había previsto tener que soportar 502 millones en potenciales pérdidas.

Los 55 millones serían el segundo de estos abonos, que suelen efectuarse con una cadencia anual en función de la evolución del portfolio protegido durante el ejercicio.

Ponce detalló que el Frob solo asumió dos de estos EPAs en los procesos de subastas de entidades y el primero ya lo resolvió cubriendo a Kutxabank de 392 millones en deterioros de la adquirida Cajasur.

El organismo inyectó 59.000 millones en ayudas a distintas entidades durante la crisis, de los que alrededor de 2.500 millones corresponderían a distintas garantías expedidas sobre carteras de créditos como en Banco de Valencia, o frente a potenciales indemnizaciones por litigios.

Ponce reconoció que a fecha actual solo se ha recuperado el 10% de las ayudas y los únicos activos que mantiene en propiedad para obtener más recursos son el 61,4% que posee en Bankia y la mayoría accionarial de Sareb, donde año a año admitió que ha ido bajando sus previsiones de recuperación por "prudencia" dada la "enorme incertidumbre" a la que está sujeta la actividad del banco malo.

En cualquier caso, Ponce defendió que el objetivo principal de la constitución de la Sareb se cumplió en el momento de su creación porque era aliviar a las entidades rescatadas de la exposición en activos improductivos para que se centrasen en su actividad bancaria y darles estabilidad, así como al mercado. "El objetivo número uno de la Sareb fue lograr desobstruir las arterias" y resolver el problema "de muy difícil digestión para las entidades cedentes que recibieron ayudas", afirmó.

A la Sareb le ha penalizado la evolución del mercado, pero sobre todo ha sufrido en sus cuentas varios cambios contables obligándole a efectuar provisiones como si fuese una entidad financiera y el alto coste de un derivado o swap que contrató en su origen para protegerse frente a las alzas del euríbor que se esperaban.

La intención era "blindar" el coste de su financiación, pero la caída continúa del euríbor hizo que esta protección haya repercutido grandes costes.

Al ser cuestionado por el coste del swap, Ponce estimó que de los 2.000 millones contabilizados en 2017 puede haber pasado a unos 1.700 millones; pero defendió su contratación como instrumento de protección financiero.

OTRO EJERCICIO EN PÉRDIDAS

Por otro lado y a preguntas de los diputados, admitió la dificultad de que el Frob sea capaz de salvar el ejercicio con ganancias por los costes recurrentes.

El proyecto de Presupuestos para 2019 fija una pérdida para el organismo este año de 122 millones, frente a los 83 millones a los que redujo los números rojos el pasado año.

En este sentido, detalló que el organismo soporta unos costes financieros de entre 122 y 125 millones al año porque los 10.500 millones de liquidez que tiene en préstamo del Tesoro (es el préstamo espejo otorgado por el Mede europeo) a aproximadamente el 1% de interés.

La banca financia, en contrapartida, su presupuesto con aportaciones que el pasado año ascendieron a 18 millones, pero van más dirigidas a costear su base de costes y los contratos que necesite efectuar para su actividad.

(SERVIMEDIA)
31 Ene 2019
ECR/caa