Las entidades adheridas, que gestionan cerca de 15 billones de dólares, afirman que las consecuencias del cambio climático causarán unas pérdidas cercanas al 20 por ciento del PIB mundial en 2050.

Estas entidades también destacan los beneficios que supone el cambio hacia una economía baja en carbono y basada en el consumo eficiente de los recursos, por lo que piden que se fomente la inversión privada en estos campos.

Entre los firmantes figuran el fondo de pensiones de Dinamarca, Ceres, Calvert y el fondo de pensiones de los empleados públicos de California, además de iniciativas como el grupo de inversores institucionales sobre el cambio climático (IIGCC), entre otros.

"Los inversores necesitan medidas nacionales e internacionales que proporcionan seguridad a largo plazo sobre la dirección de las energías limpias y políticas sobre el clima y la financiación", dice la declaración.

Entre las medidas a nivel nacional, piden que haya objetivos claros de reducción de los gases de efecto invernadero tanto a corto como a medio y largo plazo; políticas de transporte y energía que aceleren el desarrollo de la eficiencia energética, energías renovables, edificios verdes y vehículos limpios.

También pide que se supriman las subvenciones a los combustibles fósiles, y una mayor información de todos aquellos riesgos materiales relacionados con el clima.