Así se pronunció el jefe de la diplomacia española en una rueda de prensa junto con el ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, en la sede del Instituto Cervantes de Madrid, después de que ayer, miércoles, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, se autoproclamase "presidente encargado" del país venezolano, un movimiento que provocó que países como EEUU, Brasil, Colombia, Perú y Costa Rica le hayan reconocido como mandatario del país caribeño.

El ministro dijo que la posición del Gobierno español es "clara desde hace tiempo" y lo ejemplicó en el hecho de que apoyó las sanciones individuales aprobadas en el seno de la UE y aquellas sanciones impulsadas por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en la ausencia de representación oficial en la toma de posesión de Nicolás Maduro y en el no reconocimiento del resultado de las elecciones que auparon a éste al poder por no haber sido "ni justas ni libres".

Recordó que los ministros de Exteriores de la UE consensuaron junto con Mogherini una "posición común" en la que expresaron su apoyo a la "legitimidad" de la Asamblea Nacional presidida por Guairó, rechazaron el uso de la "fuerza" y la "violencia" y abogaron por la convocatoria de unas elecciones "libres y democráticas garantizadas" como instrumento para desencallar la crisis en Venezuela.

Añadió que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está manteniendo en el Foro Internacional de Davos distintas reuniones con los presidentes iberoamericanos allí presentes para conseguir avanzar en una dirección que permita que la situación en Venezuela no vaya a peor.

Asimismo, subrayó la importancia de que la UE mantenga una unidad de acción sobre esta cuestión, para lo que consideró esencial que se produzca con rapidez una reunión de los ministros de Exteriores de la Unión Europea. Esto le sirvió para lamentar que la "extraordinaria lentitud" con la que trabaja Bruselas ha originado que "no se avance" en la construcción de una solución para la delicada situación que se vive en Venezuela.

Sin embargo, eludió expresar públicamente si España debería reconocer a Guaidó como presidente de Venezuela y manifestó que la UE tiene que ser capaz de proponer una fórmula que "conduzca a unas elecciones", lo que permitió comentar que "si no hubiéramos tardado cuatro meses, se podría haber evitado una situación que puede hacer descarrilar el país".

Dijo que la protección de los 200.000 españoles que residen en Venezuela es "importante", puesto que el escenario en Venezuela "ha cambiado radicalmente" al haber muertos y una acción violenta. "Tenemos que evitar que la situación vaya a peor", adujo. Señaló que la posición de EEUU respecto a la crisis en Venezuela es más asertiva que la española debido a que Washington carece de 200.000 nacionales en suelo venezolano.

A su vez, insistió en la importancia de que la UE tenga una "posición común, firme y clara" para la celebración de unas elecciones que, reconoció Borrell, hasta la fecha Maduro no ha querido convocar. No obstante, afirmó que "tendrá que haber contacto con el régimen venezolano", ya que "la realidad es la que es".