Las autoridades portuguesas han desplegado un dispositivo sin precedentes para garantizar la seguridad de la reunión de la OTAN, que comienza el viernes, e impedir que se repitan los violentos disturbios que se registraron en la anterior cumbre aliada, celebrada en Estrasburgo (Francia), según publica la prensa local.

En total, se han desplegado más de 7.000 agentes de seguridad entre la zona en que se realiza la cumbre y el centro de la ciudad, donde hay convocadas hasta cuatro manifestaciones contra la OTAN. La cifra del dipositivo, según la prensa local, se eleva hasta 10.000 efectivos contando a los servicios de emergencias operativos.

El Gobierno portugués reconoció que la celebración de esta cumbre es el mayor desafió de seguridad al que se ha enfrentado en toda su historia, por la presencia de los gobernantes de los 28 países miembros de la Alianza, entre ellos EEUU, y varios invitados, como Rusia.

Este refuerzo de la seguridad es palpable desde la llegada al aeropuerto, donde incluso se extreman los controles a los ciudadanos originarios de los países del acuerdo de Schengen.

El pasado martes, Portugal emitió una orden por la que reestablecía los controles en sus fronteras entre el 16 y el 20 de noviembre con motivo de la cumbre de la OTAN con el objetivo de impedir, según la prensa local, que entren en el país “los habituales perturbadores" de estas reuniones internacionales.

Esta "medida excepcional" busca "impedir la entrada al país de ciudadanos o de grupos catalogados como perturbadores y cuyos comportamientos pueden afectar la seguridad", precisa el texto de la norma publicada en su boletín oficial. Incluso se prevén restricciones en el espacio aéreo.

La cumbre de la OTAN se llevará a cabo dentro de un perímetro de seguridad situado a orillas del río Tajo, en el moderno barrio del Parque de Naciones, a 8 kilómetros del centro histórico de Lisboa.

Alrededor de esta zona hay numerosas calles y lugares a los que se ha prohibido el paso, inclusive un supermercado “Supercor”, de la cadena española El Corte Inglés, permanece cerrado por encontrarse justo en la entrada de la Feria Internacional de Lisboa (FIL).

La policía solicita de manera continua acreditación a toda persona que se acera a la zona donde se reunirán los jefes de Estado y de Gobierno aliados.

En esta zona del Parque de Naciones se reunirán los dirigentes de 60 países y organizaciones, congregándose alrededor de 5.000 personas.