Según la ONG, "al no haber ningún aviso de tsunami, miles de personas se vieron sorprendidas con la llegada del agua y no pudieron protegerse". "El impacto psicológico en los niños y niñas ha sido grande y está muy presente el miedo a otro posible maremoto. Muchos se encuentran además solos porque han perdido el contacto con sus padres", alertó en un comunicado.

Save the Children cuenta con una oficina en Lampung donde trabajan 14 personas e informa de que todo el personal se ha movilizado para hacer una evaluación de los daños y atender a las víctimas. El equipo de la organización, con amplia experiencia en la zona, se está coordinando con otras entidades en el terreno para asistir a las personas afectadas.

A su juicio, la prioridad es la protección y el bienestar de los niños y niñas, "los más vulnerables en una catástrofe de esta envergadura". La organización proporcionará primeros auxilios y apoyo psicológico a los menores en los refugios y creará espacios seguros para la infancia, donde los niños puedan jugar y relajarse tras esta situación tan estresante.

Asimismo, trabaja para garantizar el derecho a la educación de los menores afectados: repartirá kits de enseñanza y organizará espacios de aprendizaje temporales como medio para ayudar a los niños a mantener un sentido de normalidad y rutina.