Incendios
Los incendios de este año en España caen al mínimo desde 1963
- Las llamas quemaron un 76,1% menos hasta noviembre sobre la media de la última década
- Greenpeace: “No es el momento de bajar la guardia”
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Los incendios forestales han arrasado 23.683,17 hectáreas en España en los 11 primeros meses de 2018, lo que supone la cifra más baja de la última década (un 76,1% menos) y previsiblemente ese año será el de menor superficie quemada por el fuego desde 1963.
Los datos provisionales proporcionados por las comunidades autónomas al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, recogidos por Servimedia, indican que el 1 de enero y el 30 de noviembre de este año se han quemado 23.683,17 hectáreas, cuando la media de la década es de 99.175,19.
Se trata de la cantidad más baja del decenio, por delante de 2014 (48.287,01), 2008 (49.523,00) y 2010 (54.491,88), mientras que los peores años fueron 2012 (216.545,81), 2017 (178.602,68) y 2009 (119.840,33).
El registro histórico comienza en 1961 y la cifra de este año es provisionalmente la más baja desde 1963, que terminó con 22.679 hectáreas calcinadas, según pudo comprobar Servimedia de los datos del departamento dirigido por Luis Planas.
Este año comenzó siendo el mejor de la década desde el pasado mes de julio y a partir de entonces ha encadenado cinco meses con la menor cantidad de superficie forestal quemada por el fuego en comparación con esos mismos periodos del último decenio.
Además, en lo que va de año se han declarado tres grandes incendios forestales (es decir, cuando la superficie quemada supera las 500 hectáreas), que también es el mejor dato de la década. Hasta ahora el mejor año era 2008 (seis grandes incendios forestales) y el peor sigue siendo 2017 (55).
Los tres grandes incendios se declararon en Santa Coloma de Curueño (León) en mayo, que afectó a 645 hectareas; Nerva (Huelva) en agosto, con 1.484 hectáreas quemadas, y Llutxent (Valencia) tambien en agosto, con 3.146 hectáreas arrasadas.
En los 11 primeros meses de este año se produjeron 6.874 siniestros, de los que 1.850 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea) y 5.024 conatos (con menos de una hectarea).
De las hectáreas calcinadas en lo que va de año, que abarcan un 0,085% del territorio nacional, un total de 3.474,67 corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto a vegetación leñosa, concretamente 15.636,29 hectáreas de matorral y monte abierto, y 4.572,21 de superficie arbolada.
ZONAS GEOGRÁFICAS
Por otro lado, el noroeste peninsular (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora) concentró un 42,04% de los incendios y conatos forestales entre enero y noviembre de este año, mientras que el resto de los siniestros se repartieron entre las comunidades interiores peninsulares (concretamente, las provincias de las regiones no costeras, salvo León y Zamora), con un 35,19%; el área mediterránea, con un 22,12%, y Canarias, con un 0,65%.
En cuanto a la superficie forestal arrasada por el fuego, un 41,87% pertenece al noroeste, un 30,48% al área mediterránea; un 25,90% a las comunidades interiores, y un 1,75% a Canarias.
La mayor cantidad de superficie arbolada arrasada por el fuego se produjo en el Mediterráneo (35,32%), por delante del noroeste (35,09%), las comunidades interiores (20,79%) y Canarias (8,80%).
GREENPEACE
A pesar de las cifras positivas, Greenpeace destaca que “no es el momento de bajar la guardia” porque “el cambio climático continúa implacable”.
“Es, sin duda, una excelente noticia. Pero desde Greenpeace consideramos que los buenos datos de 2018 no pueden llevar a la autocomplacencia y a la inacción. En un contexto de cambio climático es necesaria una profunda reflexión y cautela. Los problemas estructurales de nuestros bosques siguen sin abordarse y esto supone dejarlo todo al azar. Lo que ha ocurrido en Mati (Grecia) o California (EEUU) puede pasar también en España”, asegura Mónica Parrilla, responsable de la campaña de Incendios Forestales de Greenpeace.
Esta organización lamenta grandes incendios forestales como el de Santa Colomba de Curueño (León), el de Nerva (Huelva) o el de Llutxent (Valencia). En Mondariz (Pontevedra), sin ser un gran incendio forestal, también se generaron situaciones de alarma con el consiguiente desalojo de la población afectada.
Greenpeace aborda esta situación en su informe ‘Protege el bosque, protege tu casa’, que alerta de que en España no se cumple la normativa sobre incendios forestales, ya que el 80% de los municipios en zonas de alto riesgo de incendio forestal no dispone de planes de emergencia y apenas de planes preventivos y de autoprotección.
La organización insiste en que, además, la planificación urbanística no tiene en cuenta el riesgo de incendios forestales, lo que revierte en peligro para la población y en más superficie calcinada. “Los montes españoles, en los que a menudo se insertan viviendas, son un auténtico polvorín para los incendios forestales, por lo que es necesario abordar esta situación desde ya”, añade Parrilla.
Por otro lado, los incendios también contribuyen a las emisiones de cambio climático, con lo que no deben ignorarse sus impactos en este sentido si se desea conseguir el objetivo de limitar el calentamiento del planeta a 1,5ºC respecto a la época preindustrial, lo que aparece recogido en el Acuerdo de París.
(SERVIMEDIA)
25 Dic 2018
MGR/gja